Hace 10 días salíamos ilusionadísimos Esteve, Neula y yo hacia Le France. Como ya sabéis, la intención era pasar las escuetas vacaciones escalando en l'Arieje y se quedó en eso, en intención. Llegamos a l'Arieje y lo primero que nos sorprendió fue la fealdad de los pueblos. Dicho así suena cruel, pero es la cruda realidad: son unos villorrios desordenados, con casuchas mal cuidadas o con enanitos en las puertas. El paisaje, en cambio, está bien, es verde, montañoso y rupestre. Y digo rupestre porque la zona está llena de Grottes -cuevas- con restos de asentamientos y pinturas de hace más de 10.000 años. A parte de eso, lo único gracioso que tienen son las panaderías-camión (no hay ni panadería en los pueblos) que pasan a toda leche y pitando a las 8 de la mañana. No se si harían mucho negocio por aquí...
Así que después de escalar en el sector
Le Livre en
Aillat, del cual rompo una lanza a su favor y digo "mal, mal, no está",
decidimos emigrar hacia Rodellar, la alternativa que nunca defrauda, pasando antes por
Tres Ponts.
El domingo escalamos pues en Tres Ponts con Gara y Pep que iban acompañados de su hijita Ana. Lástima que empezó a diluviar y no pudimos escalar todo lo que quisimos.
Y el lunes llegamos a
Rodellar: mucha gente, humedad y más gente otra vez. Por suerte, lo de la humedad fue a menos y lo otro se estabilizó 60 a 40 en favor de franceses e italianos.
Qué decir de Rodellar. Estábamos tan motivados que no hemos parado ni un solo día, eso sí, haciendo poquitas vías porque sino de qué aguantamos 8 días seguidos escalando. Es bastante estúpido escalar tantos días seguidos, pero cuando se juntan tan poco tiempo, tanto por escalar y tan pocas neuronas el resultado es evidente.
Las serias, por decir algo, en el flickr.Lo mejor ha sido conocer a nuevos amigos y reencontrarnos con los de siempre: Morris, Mercè, Angi, Aleix, Uri, Angels, Eli, Mu, Noe, Cristian, Olga, Edu, McKey, Grace, Isaac, Francesco, Tita, No Suricats Family...Que majos todos. Todos menos los que os comisteis mis patatas fritas.
Y ya está, nada más que añadir y demasiado por soñar: Volveremos en Septiembre.
A mi me acariciaron 3 francesas y todos los niños italianos, me dieron de comer los que son inteligentes, robé un paquete de salchichón (vacío, qué desilusión), conocí perros de lolos, nadé cual nutria canadiense y me mordió una perra en el cámping, celosa de mi belleza perruna. Volveré en Septiembre.