Escalar y tener las manos suaves es como comer ajos y que el aliento te huela a fresca magnolia: si haces lo uno no tienes lo otro y viceversa.
Aunque, bah, a los escaladores nos da bastante igual el tema. Aquí lo único que importa en relación a la piel de nuestras manos es que nos permita seguir escalando. Es decir, que ni duela, ni se desgaste, ni ninguno de los atroces conceptos asociados a ello (heridas, brechas, sangre, llanto, manchas rojas decorativas por toda la vía). Queremos una dermis elástica y resistente. Eso y que nos toque la lotería.
Total, que no hace falta ser muy hábil para saber de qué va hoy la cosa: cremas de manos. Para empezar, vaya esto por delante, no soy una gran usuaria de cremas de manos, por dos motivos:
- Soy fan de las cremas faciales, que unto metódicamente usando mis diez apéndices digitales –por llamarles de algún modo-. Este gesto ya me procura, en general, hidratación suficiente.
- Y digo suficiente porque mi piel es grasa, hecho que arruina cualquier intento de mantener una piel mate en las fotos. O sea, el diagnóstico es que me brilla la frente, y no en plan metafórico, de sabiduría, sino en plan campesina laboriosa plantando lechugas bajo el tórrido sol canicular.
No obstante, estoy rodeada de grandes consumidores de este cosmético: mis amigos, los Piel Seca. Esteve es un gran miembro (he dicho “es” y no “tiene”, que me leéis en diagonal y luego vienen los malentendidos) de esta árida tribu, y se unge día y noche como si no hubiese mañana. Por casa han pasado cremas de toda índole y, por culpa de ello, hoy puedo hablar sobre las cremas de manos como si fuese el propietario de Nivea. Aclarado esto, aquí viene nuestro Top 5:
Mercadona Aceite de Oliva: crema con base aceitosa –de ahí el nombre, mis suspicaces amigos- que hidrata medianamente pero que huele divinamente. Según una dermatóloga amiga de la familia, es una muy buena crema relación calidad-precio. Yo la uso en las piernas.
Neutrogena: un clásico que nos descubrió Oriol en Red River. Con poca cantidad hidrata mucho. Genial para mantener a raya grietas que aparecen en invierno. Eso sí, más barata en los USA que aquí.
Crema de manos concentrada (Mercadona): la copia barata de Neutrogena. Otra crema que va muy bien para hidratar las manos completamente con muy poca cantidad. Viva Delyplus.
Climb-On: es como untar el dedo en una vela con forma de flan, y con razón, pues lleva cera de abejas (y tiene forma de flan). La versión pija de Neusc (que también hemos testado, vaselina pura y no está nada mal por el precio que tiene). El olor, un tanto raro, a mí me pirra: entre armario de abuela y vela del Natura. Solo para tus yemas.
Climbskin: lo que más me gusta es la frescura que aporta, algo que es de agradecer cuando tienes las puntas escocidas (las puntas de los dedos, por favor!). Rápida absorción aunque hay que echarse cantidades generosas para que cunda. Nos parece bastante buena en cuanto a regeneración se refiere así que la usamos para las yemas.
Resumiendo, las tres primeras cremas opino que son perfectas para uso general y las dos últimas, más apropiadas para las zonas desgastadas (las yemas de los dedos, habitualmente). Añado, para los Piel Seca –y para aquellos que escalen mucho, sean de la tribu que sean-, que una buena técnica con la lima también os ayudará a mantener el callo en su sitio. Eso sí, como he dicho al principio, que NADIE espere tener las manos suaves mientras se dedique a agarrarse a la roca como un poseso, ni aun usando un pulidor eléctrico o la novedosa crema a la manteca de cerdo. Esto y tener los pies feos es nuestro sino.