Que casi termina en KO para mí misma en el último momento. Pero, antes, ahí van algunas consideraciones de trivial importancia:
Häagen Dazs derribado o Black Hawk derribado, como prefiráis, un belicoso peliculón y un helado –el de macadamia- recomendación de nuestro mariscal de campo. Comer lo uno y ver lo otro es mi must para estas frescas noches de verano en las que llegas derribado -jeje- de escalar.
Ahora sabemos qué hacía Jaime Lannister antes de perder su mano |
Anómalas temperaturas veraniegas nos permiten dos cosas: la primera es trepar en julio como si fuese una fresca mañana de abril, la segunda es preguntarnos dónde están esos áridos veranos pronosticados hace no muchos años por los insidiosos climatólogos gubernamentales (para más información sobre el récord actual de hielo en la Antártida consultad aquí).
Pantalón largo imprescindible en Sant Llorenç del Munt. Chaquetilla para asegurar, también. |
Visca l’Alt Urgell! Que no puedo dejar de repetirlo, oye. Tan buenos días hemos pasado descubriendo sectores nuevos que casi se me olvida de lo a gusto que se está también en la tranquila Sant Llorenç del Munt.
Entre los Haagen Dazs y Black Hawks derribados, las temperaturas derribadas, los climatólogos derribados y las vías que hemos derribado -vale, ya paro-, yo creía que este primer asalto estival lo tenía ganado ya de largo. Pero “no diguis blat…” porque justo ayer, volviendo del trabajo, contraje el dengue, la triquinosis o el mal del tordo. Con suerte, la gripe. Y es que los hipocondríacos somos así: lo mejor que podéis hacer con nosotros es alejarnos de Google. Búsquedas como “enfermedades mortales con dolor de huesos y fiebre” o “síntomas que parecen gripe pero son otra cosa” no ayudan a sentirse reconfortado. Del mismo modo, mis gemidos lastimeros tampoco ayudan a sentirse reconfortados a los que me rodean (“joe, qué pesada es la niña”, me pareció oír cuando exponía el autodiagnóstico a mis progenitores –hecho notorio por tratarse de mensajes de texto vía whatsapp-). La cuestión es que aún me estoy recuperando de las horas que pasé con alta fiebre y mal cuerpo –el dengue iba en cabeza, sobre todo porque el día antes me había picado un mosquito y me parecía altamente plausible-.
Después de todo, creo que sobreviviré al virus maligno de turno pero temo no estar al 100% para enfrentarme al segundo round canicular. Ya os cuento.
Y mientras bajo la fiebre, al loro con La Vanguardia: muy aburridos –sin noticias- debían de estar para publicar este reportaje de Siurana en portada y dedicarle varias páginas internas.