sábado, 22 de marzo de 2008
Me explico:
Los que hayáis seguido un poco este blog sabréis que en su inicio, un servidor trabajaba en Zaragoza. Esto ayudaba a que tuviera ciertos momentos de enmimismamiento que aprovechaba para escribir algún post en el blog. Sincerándome un poco más os confesaré que disfruté escribiendo estos articulillos y también comentándolos después con Marieta.
La cuestión es que no me acuerdo de la última vez que escribí algo que no sea un comentario a un artículo de Marieta.
El motivo de mi re-entré?
Básicamente aprovechar este medio para hacer público que el día 4 de Abril, será el aniversario de Marieta, la pobre cumple 27 tacos y quería ayudarla y que la ayudaseis a olvidar que el tiempo pasa y que ya no es una adolescente, quizá ni una joven.
También quería aprovechar para felicitarla por estos meses de blog, en los cuales nos ha hecho pasar momentos muy divertidos y animarla a que continúe en “su línea” de humor irónico.
Finalmente esta semana santa, ha habido un motivo extra que ha acelerado la publicación de este articulillo: Marieta se ha lesionado escalando en Rodellar y quería animarla para que se recupere lo antes posible (en esto estoy seguro que el masaje de Lidia ayudará) para evitar que tenga que estar ni un fin de semana sin escalar.
Por si no se entiende la última frase, antes de la palabra tenga se debe colocar un “yo”.
Bromas a parte: Un carro de buenos deseos i un fuerte abrazo para que te recuperes y disfrutes de tu aniversario.
Finalmente quiero tranquilizar a los asiduos al blog, jurando solemnemente que este post ha sido coyuntural, y que solo circunstancias excepcionales como las que nos ocupan podrán increpar vuestra habitual armonía con los escritos y comentarios de Marieta.
Marieta escalando en Argo (vía en la que se lesionó)
lunes, 17 de marzo de 2008
¿Dónde están las chapas?
Este sábado fuimos Esteve y yo a escalar juntos una vía larga (cosa más rara no se ha visto, solo sucede una vez cada 1000 años). Durante toda la semana estuve preguntando por una vía fácil y bien equipada para que así disfrutásemos y, algún día, volviésemos a repetir la experiencia [un momento que me río]. Nos aconsejaron la Necoronomicon en la pared de la Roca dels Arcs en Vilanova de Meià. La verdad es que visto retrospectivamente lo pasamos muy bien aunque nos equivocásemos de vía a media vía (si los parabolts nos hubiesen mostrado el camino esto no habría pasado), nos liásemos montando las reuniones (Albert, no llegeixis) dando lugar a situaciones del tipo "pasa por debajo de mi, cógete a la cinta que no estás de ningún lado, así como yo...uy, mejor como yo no", casi nos cayésemos en un paso -raro de cojones, los dos lo hicimos colgando pies- y, a mi, casi me da un ataque de histéria al ver como se retiraba la cordada de abajo mientras caían gotas, se tapaba el cielo y Esteve decía "Tiro 'pa arriba que paso de hacer rapel".
¿Dónde están las chapas matarilerilerile?
Luego al bajar estábamos hechos polvo y solo queríamos comer. Pero entonces, al girar la cabeza vislumbramos La Cúpula con sus parabolts a medio metro y nos fuímos a hacer unas cuantas vías. Ah...eso sí es escalar (jejeje, ahora mismo me encantaría ver las caras de algunos). Esteve se paseó por la Llima del 4 (8a venido a menos, y ya para muchos 7c+ venido a menos) y yo al segundo pegue la hice con una caída (Salva, te la dedico, como todas las vías que hago con una caída porque sé que te encanta). En la sección de fotos hay fotos (me estoy sintiendo estúpida por escribir esta frase).
YUPII! Estaban todas aquí.
Y el domingo...¡Concurso canino en Collbató! Neula no ganó nada pues el jurado no tenía ni repajolera (ella ya lo ha superado, pero yo no). La verdad es que pasamos un buen rato, no solo por el concurso (agradecimientos a Sara por informarnos y por la organización del concurso) sino también por el mercadillo que se monta allí los domingos. Neula me ha pedido que añada parte de su crónica al post:
Lo que hay que aguantar...y encima con collar fucsia.
Tras el concurso nos dirigimos mi madre y yo a Monistrol de Montserrat donde habíamos quedado con Josep Batlle (aka el Rubio), qué emoción. ¿El motivo? Nada relacionado con la escalada...visitad su página para ver el arte que tiene este hombre.
lunes, 10 de marzo de 2008
Últimas tendencias
Os pongo en escena: Estoy subiendo por un 7a con la intención de encadenar relajadamente a vista. La intención es buena pero yo no tanto y me encuentro bloqueadísima en un paso (3a cinta) donde la dificultad máxima debe ser IV pero la cinta aleja y ladea 5 metros y, según mi histérico criterio, si caigo, toco suelo. Así que pruebo varias veces, subo un poco, bajo, subo, bajo, subo, bajo y harta al final digo: PILLA.
Marieta (entre lágrimas de rabia): No soy digna de probar 8a. ¿Para qué tanto entreno? Esto que hago yo...esto que hago yo no se le puede llamar ni escalar. No soy digna, no soy digna, NO SOY DIGNA. No pienso escalar nunca más. (Solo me faltaba jurar que nunca más iba a pasar hambre.)
Esteve (aguantándose la risa, de hecho, casi se me escapaba a mi también): venga, baja, que te pongo las cintas.
Entonces le aseguro mientras él sube como si nada y me pone las malditas cintas. Luego subo yo tragándome el orgullo y avergonzada por la sensación de seguridad que me da ver las cintas puestas. Cuando encadeno la vía ya estoy más contenta que unas castañuelas y, al parecer, he olvidado el berrinche. Subimos luego al Bac de Sant Hou donde me dispongo a probar 6c+ con la intención, de nuevo, de encadenar relajadamente a vista. Y se repite la escena pero esta vez ya sin lágrimas y con un mosqueo importante conmigo misma. La tensión se podía cortar con un cuchillo (ya, la frase no viene muy a cuento pero deseaba meterla por algún lado). No puede ser que dependa de que alguien suba y me ponga las cintas de marras cuando no me conozco la vía. No obstante, al final del día acabo montando la Època Negra y mientras pruebo alguno de sus pasos me digo, no la vas a hacer jamás de los jamases, y menos con el miedo que da chapar la tercera.
Pero al día siguiente, como es habitual después de un mal día y para no hacerme enfadar de nuevo, me prometo a mi misma que me esforzaré al máximo. Y da resultado, subo por la vía cayéndome solo una vez y chapando la tercera cinta como es debido. Mi alegría es inmensa pues pensaba que nunca conseguiría chapar esa cinta a menos que estuviese ebria, o hipnotizada, o ambas. El frío y las ganas de votar nos echan de Montgrony pero me voy con un buen sabor de boca.
(De Esteve no diré nada porque el jodío me da mucha rabia que ya hace tiempo que no se digna a escribir por aquí. Pero vamos, que sepáis que a él le va todo muy bien.)
Caso 1. Pintarse las uñas: el viernes me las pinté rosa chicle (sí, me encanta el rosa) y a día de hoy...Díos, qué asco. Por suerte soy de las que teclea sin mirarse las manos. Para los que os va el rollo “arqueo con esmalte de uñas”, os aconsejo que seáis constantes. Para mantener la manicura en perfectas condiciones hay que llevarse el pintaúñas a escalar o sino, tras la primera vía, a la mierda con el esmalte. (Imaginaos qué mal lo voy a pasar, todo el día con las uñas como si hubiese estado escarbando en el suelo)
Para acabar, chicos, el look que nunca falla es el de “sin camiseta”. Un básico, que no debe faltar en vuestro armario.
Y sino, como decía mi padre en defensa de sus tejanos esquiadores: PERO SI YO VOY COMODO. Al final, como siempre, la estética se impuso a la ética. Y menos mal.