Estremecida es como me he quedado este finde tras comprobar cómo suben –por las paredes- las nuevas generaciones.
El esperado reencuentro entre Neula y sus dos canguros favoritas se ha dado en la pared de les Bruixes. No sabéis qué envidia siento cuando la perra se lanza, llorando, ladrando y gimiendo como una posesa, contra Silvia y Mariona, las dos niñas que ella adora.
Las Suris ya aprietan en los 7b+.
El esperado reencuentro entre Neula y sus dos canguros favoritas se ha dado en la pared de les Bruixes. No sabéis qué envidia siento cuando la perra se lanza, llorando, ladrando y gimiendo como una posesa, contra Silvia y Mariona, las dos niñas que ella adora.
Las Suris ya aprietan en los 7b+.
Este fin de semana los astros nos han sido indulgentes, Esteve se ha hecho con un buen 8a (Fórmula Weekend) y con un 7c+ (Last line) al flash, cantado magistralmente en do menor por Edu –el padre de las niñas, para más señas-. Otros encadenes emocionantes han sido el de Guille, que se ha peleado con un 7c+ para llevárselo a vista y el de Morris, con l'Efecte 2000 (8a). Por lo que a mí concierne, me he desquitado totalmente del maldito resbalón de la última competición: he encadenado mi primer 8a+ (l’Adreçador).
Leer “Mi primer loquesea”, es algo que me trae confusos recuerdos. Veréis, yo tenía un libro titulado “Mi primer diccionario de inglés” que era de la casa Disney y que mi madre me regaló con la ilusión de que aprendiese el idioma de la Commonwealth de manera prematura. Día sí y día también, empezábamos juntas a leernos la primera lección que iba de unas ardillas del demonio, que se despertaban contentas para ir al cole. “A ver, lee” me decía mi madre. Y yo, obediente como siempre he sido, leía lo que sigue “Little chipmunck has just awakened”, con la esperanza de que el conocimiento de la lengua inglesa acudiese a mi infusamente pero con una pronunciación que pronosticaba todo lo contrario.
Más adelante tuve “Mi primer diario”, una libretita de tapas rosas y doradas letras que rezaban la dichosa frase, con candado en forma de corazón, en la que, se suponía, tenía que escribir mis experiencias diarias para ordenar mis pensamientos más íntimos. Pero lo único que lograba escribir allí era el menú del cole. A veces intento entender porque hacía eso y la única conclusión plausible que se me ocurre es que me disgustaba tanto la comida que nos daban que necesitaba escribirlo para dar fe de ello. Ya no sé a cuento de qué venía todo esto, realmente empiezo a chochear (y con esta bonita palabra acabo de tirar por suelo todo resto de buena reputación que pudiese tener).
Más adelante tuve “Mi primer diario”, una libretita de tapas rosas y doradas letras que rezaban la dichosa frase, con candado en forma de corazón, en la que, se suponía, tenía que escribir mis experiencias diarias para ordenar mis pensamientos más íntimos. Pero lo único que lograba escribir allí era el menú del cole. A veces intento entender porque hacía eso y la única conclusión plausible que se me ocurre es que me disgustaba tanto la comida que nos daban que necesitaba escribirlo para dar fe de ello. Ya no sé a cuento de qué venía todo esto, realmente empiezo a chochear (y con esta bonita palabra acabo de tirar por suelo todo resto de buena reputación que pudiese tener).
Como veis el verde está de moda. (Faltabas tú, Helena, ¿donde está tu chaqueta verde? Oye, que si ya no te gusta me la das…)
Y volviendo al tema escalada, decir que algo le ha pasado al camino de les Bruixes (ya sé que es evidente, pero puntualizaré: entre el sector y la miniferrata), que está más patinoso que nunca y donde tres de cada cuatro escaladores pierden el equilibrio con opción a caer de culo.
¿Será por la masificación? No lo sé, pero Esteve me contó que hace un par de semanas estaba el sector lleno hasta la bandera de escaladores que habían llegado en autocar, el cual estaba aparcado al lado de la presa.
¿Será por la masificación? No lo sé, pero Esteve me contó que hace un par de semanas estaba el sector lleno hasta la bandera de escaladores que habían llegado en autocar, el cual estaba aparcado al lado de la presa.