Cosas raras de la vida que hacía casi un año que no escalábamos por Rodellar y, ciertamente, lo había echado de menos; me di cuenta de ello nada más llegar. Y me reafirmé en cuanto me calcé los pies de gato, recuperando la placentera sensación del escozor generalizado en las rodillas y en los antebrazos. A todo esto hay que añadirle la tensión e intriga nocturna que me mantenía en un sueño profundo (lo sé, es contradictorio, pero la vida es así), a la espera de un correctivo por parte de la benemérita –que afortunadamente no se materializó-. En relación a esto, nos comentaron que todas las multas que se impusieron la temporada anterior, estaban cursando con agilidad y llegando a sus destinos. Por si las moscas os dejo aquí información al respecto y que, resumiendo, viene a decir que la DGT diferencia el estacionamiento de la acampada en la Instrucción 08/V-74. La otra cara de la moneda viene cuando estando estacionado te multan porque la legislación local contradice la de la DGT. Echad un vistazo a este blog, en los comentarios veréis un montón de ejemplos de esto que os digo.
Esteve "crushing" Legalización, 8a+ duro de la Gran Bóveda. |
Y ya en el terreno deportivo, disfrutamos de 5 días seguidos de escalada; pero no por voluntad propia: simplemente caímos en el engaño de Maldonado. Cada mañana la previsión para el día siguiente era de lluvia así que aprovechábamos para escalar con el lema “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” (o “mañana paella”). Pero al día siguiente amanecía sereno y con una previsión lluviosa para el siguiente día. No podíamos parar. Nosotros, que ya al segundo día de escalada nos caemos hasta de las sillas. El milagro es que sobreviviésemos a tal sobredosis roquera y, chúpate esa, encadenásemos algo.
Para acabar, aquí me veis en una foto tomada hace un par de semanas por Oriol Cañellas quien, próximamente, nos traerá una novedad suculenta: estamos a la espera atentamente. La vía es Winchester, un 8a de Gelida.