sábado, 27 de diciembre de 2014

El último post

Cuando diciembre llega a su fin parece que nos dé a todos –a Facebook especialmente- la neura de recapitular y rememorar los instantes más significativos del ano menguante (sí, sí, hay algunas letras que no funcionan en este teclado, la eñe es una de ellas). Yo de los últimos 12 meses no voy a decir ni pío, pero sí de este último mes, en el que las reflexiones han sido abundosas (una por semana, tengo el cerebro a pleno rendimiento). Lo subtitulo así: Cosas que pienso en diciembre.

- Aforo ilimitado. Resulta que los amigos australianos que conocimos hace un lustro en Céüse volvieron al hemisferio norte y los tuvimos de nuevo en casa. Hablando de la masificación, la amiga Andrea nos cuenta que, un día antes, había 7 (siete!) escaladores que daban la vez en una vía de El Pati. Cierto, hay unas cuantas escuelas que están literalmente infestadas (Siurana, Terradets, Oliana…) y no siempre por Homo sapiens, últimamente abundan los Homo antecessor, es decir, los de Atapuerca. Ya lo dije una vez: taxe de séjour, y que al menos sirva de algo tanta gente con ganas de probar vías montadas y beber cerveza (oye, que a mí el plan este también me mola pero si somos muchos ya no).

Andrea, la amiga Australiana en Kale Borroka, una de las vías más concurridas de El Pati, Siurana. 

- Qué bella es la vista y otras escuelas locales. Lo dicho, después de constatar la declaración de Andrea decidimos ir a otros sitios menos cotizados. Uno de ellos, por ejemplo, es Can Gan Dionís, en la mismísima y abarrotada Siurana pero desierto. ¿Cómo puede ser eso? Id, escalad y entenderéis. Otro de ellos es la hogareña Paret Gran en Sant Llorenç; cuatro gatos en esta época.  Y para seguir con la búsqueda de la calma descubrimos Bellavista que está lleno de locales pero el ambiente es distendido y amable (y las vías un 10!). Estar ahí me recuerda a los primeros años de escalada, cuando íbamos a Sadernes y para comer nos preparábamos unos montaditos de escalibada, atún, queso y aceitunas (19 añitos y ya éramos unos gourmandes). Nos cascábamos una barra de pan entera y luego, ale, a escalar.

Escalar en la Paret Gran en epoca no estival siempre es un placer: no hay gente pero sí hay buen tacto.  

- La teoría de las 10.000 horas. Con la reciente afición al ajedrez me he estado preguntado cuantas horas necesitaría para mejorar mi desconcertante juego. Así que investigando he dado con esta teoría que dice que se necesitan unas 10.000 horas de práctica de cualquier actividad para convertirse en un experto. Rápidamente lo he pasado al ámbito de la escalada y he hecho unos cálculos aproximados: 7.000 horas de escalada son las que me computan a día de hoy. En cuanto me licencie, de aquí a 3.000 horas de escalada, vengo y a ver si digo algo interesante. Por el momento, os enchufo el vídeo del Open Bloc dels Bous de la Salle donde fuimos muchos los que convalidamos unas cuantas horas de práctica (dicen que las del próximo Open valdrán el doble… atención porque tamaña oferta no se podrá dejar escapar).



- Renovarse o morir. El universo bloguero está de capa caída de un tiempo a esta parte, cada vez hay menos blogs de escalada activos, menos comentarios y menos actividad en general. Facebooks, twitters, instagrams y otras redes sociales hijas del demonio tienen parte de culpa. Lo breve si bueno, dos veces breve. ¿O no era así? La cuestión es que de cara al 2015 quiero cambiar el formato de todo esto. Y cuando digo esto me refiero al blog, no al mundo cruel (a ese no hay quien lo cambie).

Feliz entrada de ano a todos!!!

jueves, 4 de diciembre de 2014

Se acerca el invierno

Título altamente cansino –pero inevitable, maldita sea- usado "a tort i a dret” por los seguidores de Juego de Tronos, los cuales nos hallamos esperando impacientemente el nuevo libro y la nueva temporada. Dejando de un lado eso, la cosa es cierta: el invierno está a la vuelta de la esquina y llegará con toda su crudeza: días cortos, fríos y…navideños.

Cuando llueve normalmente vamos al roco. Pero esta vez fuimos de espectadores al torneo de ajedrez Magistral Ciutat de Barcelona. Las neuronas absolutamente fritas y el culo absolutamente plano tras 4 horas intentando seguir la discusión de las partidas en directo.

La Navidad, el tedio del escalador. Esa época del año en que tienes vacaciones difícilmente conciliables con lo vertical. Las pocas horas de luz y el mal tiempo pueden ayudar a ello, pero lo que realmente te deja fuera de servicio son las interminables veladas familiares en las que te pones a comer como si se acabase el mundo en vez del año. 

En estas fechas tan tópicamente señaladas hay otro tema que acostumbra a repicar como campana sobre campana en la cabeza de la gente y del que yo hace tiempo que me despreocupo: los regalos. Sí, afortunadamente en nuestra familia hace años que dejamos de contar con Santa Klaus, los Reyes Magos y el Caga tió como suministradores oficiales y nos pasamos al económico mercado negro de la ofrenda: el amigo invisible. 

Este año, inspirada por mi amigo exhispter (ya no va tan barbudo) y crafter (mermeladas, licores, conservas, búlders…en serio, qué tipo más molón)  Esteve, he decidido hacer yo misma los regalos. No sé qué tipo de furia creativa me ha alcanzado pero estoy dispuesta a tejer, envasar, decorar y romper lo que se me ponga por delante. Ayer mismo hice mis pinitos intentando emular a las manos tejedoras del vídeo que os dejo aquí debajo. Parece fácil, pero al minuto ya estaba bizqueando. Para los que os apetezca adentraros en el mundo de las manualidades, echad un vistazo en la web de Handimania



Y para los que aun ni así se les ocurre qué regalar –ojo, esto solo vale para el colectivo escalador- creo que la nueva guía de Barcelona HotRock es un útil presente que actualiza, por fin, a su añosa precursora. En ella encontramos multitud de reseñas de sectores deportivos cercanos a barna y, parte interesante, cuenta con la historia de cada sitio: quién la descubrió y cuando, equipamientos y reequipamientos.


Juanan y Pedro, entre otros locales, fotografiados en Gelida para la guía Barcelona HotRock de Oriol Cañellas y Héctor Granada.

De todas formas –ahora voy a contar una intimidad familiar- las tradiciones siempre nos han resbalado un poco, así que los regalos, como las muestras de cariño, van y vienen todo el año sin ton ni son ni calendario. Por este motivo ya tengo en mi poder las tres cosas que ansiaba: la susodicha guía, un reloj-contador para el ajedrez y un (ex)rodaballo al horno. La felicidad es esto.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Aceituna tour II: vías, quilómetros y un tal Mijaíl Tal

Aquí estoy de nuevo para recopilar mis impresiones acerca de estas tres semanas de vacaciones por el sur. Vamos a ello sin más dilación: lo habíamos dejado en el día en que llegábamos a la morada de Chilam Balam, medio perdidos. Recuerdo que esa tarde yo anduve pensando en argucias ajedrecísticas de baja estofa (o cómo robar un peón sin que nadie se dé cuenta)  mientras Esteve y su barba conseguían asustar a las oriundas de la zona con la simple pregunta de “perdona, ¿para ir a Villanueva del Rosario?”, propiciando una rápida huida de las mozas –gas a fondo en todos los casos- y constatando la mala pinta que lucía el chico esos días. 

4ª parada – Villanueva del Rosario
Todo son risas y alegría al reencontrarnos con la pandilla de fanáticos formada por Reme, Lucy, Doke, Javi y el Primo. Los días ahí pasan volando entre las largas jornadas roqueras y las aún más largas sobremesas nocturnas a la luz de la luna -animadas por la música de fondo de la verbena infinita del pueblo, 7 días creo que duró-.
Fotón de Esteve en Pelos Punta, impresionante, ¿eh? ¿A que pone los pelos de punta? a él sí! Foto: Javi Pec
Cualquier recuerdo de ahí se me antoja como algo muy bueno; empezando por el paisaje aceitunero, que se parece a la tela de pana, de filas y filas de olivos hasta donde alcanza la vista; siguiendo por las vías de las cuales afirmo que son todas espectaculares –y duras-; y acabando por Granada, ciudad que visitamos durante el día de descanso y donde realizamos compras temáticas, a saber: un tablero de ajedrez artesano para mi padre, un mini-tablero para llevarnos a pie de vía y, para variar, un libro de segunda mano del año catapún sobre finales de ajedrez -sí, muy cansinos-. 

Graná
El compi barbudo consigue encadenar un montón de líneas, increíbles todas ellas –me repito, pero es que así es, ¡id y creeréis!- y yo me entretengo dándole pegues a la vía que más me costará de todo el viaje: Mundito feliz, un 7c+ de bloque que se me atraganta y me enamora por igual.

En Mundito Feliz. Foto: Javi Pec

5ª parada – Loja
Escuela típica y clásica que bien merece una visita. Ahí coincidimos con una familia deliciosa: abuelos, padres, tíos, nietos…¡todos escalan! Pasamos el día recreándonos con las vías recomendadas por la simpática de Andrea y nos vamos contentos después de jaquematear la mayoría de ellas. 

De hecho, no sabemos si quedarnos algún día más o emigrar hacia Otiñar, la escuela que tenemos como objetivo principal del viaje. Finalmente, la llamada de los desplomes jienenses sumada a nuestra inquietud natural nos hace levar anclas. 

Aprovechamos el día de descanso para ir a la búsqueda y captura de Carlos y Andrea, que están escalando en Reguchillo. El sector –no escalamos- nos parece muy bueno, muy tranquilo y, además, se presenta como un destino ideal para el frío invierno. 

6ª parada – Otiñar
Con nuestros guías de lujo nos adentramos en este mundo donde la cabra es el elemento principal. Tal cual como os digo: hay un rebaño de cabras, con cabritos recién paridos (con la placenta aun, emocionante de ver cómo se levantan por primera vez), el suelo está –lógico- lleno de cacas de cabra y, la guinda, el aroma de una excabra que descansa en paz al principio del sector. El ying y el yang cabruno materializado ante nosotros. 

Neula, evidentemente, se queda en la autocaravana pues está PROHIBIDO subir los perros. Es algo que se entiende, imaginad sino menudo chiquiparque perruno se podría montar ahí con tanto bicho vivo, muerto y recién parido. 

Aparte de todo esto, el nacimiento de las cabritas nos limita –y mucho- el número de vías que podemos probar. Pero oye, la vida es así: las cabras están ahí enrocadas y no seremos nosotros quienes penetremos en sus delicadas posiciones. Ningún problema, escalamos las vías que podemos y decidimos movilizarnos de nuevo. Ya volveremos otro año, porque nos quedamos con las ganas de probar las rutas que están sobre el redil. 
La metáfora de la vida y la muerte rollo choto.
Antes de desplazarnos, y como todo hijo de vecino, miramos el tiempo.es y, horror, la previsión para Andalucía y levante es de 33ºC y Esteve con esos pelos… Entonces, he ahí el dilema: ¿Buscamos algún sitio cercano arriesgándonos a que no sea fresco? ¿Volvemos a Murcia a escalar con los amigos y nos asamos? ¿Debemos emigrar hacia el norte y despedirnos de los olivos? ¿Vale la pena sacrificar un peón, o dos, o tres? No, no, sí y rotundamente sí –esto último según Mijaíl Tal-. Así pues, llenamos el depósito de gasolina y emprendemos rumbo a nuestro último destino… 

7ª parada – Cuenca
Sí, Cuenca, sitio donde nunca hubiésemos imaginado terminar el viaje (prueba de ello es la guía, que se quedó inmutable en la estantería de casa). Los primeros días nos regodeamos de lo lindo en Valdecabras Norte: Esteve consigue otros 7c+ y 8a a vista y yo, alegría, 7c+ a vista y 8a al flash. Que ya ves tú, pero a nosotros nos pone contentos y nos confirma que, después de tantos días trepando, parece que hemos cogido mejor forma. 

Los siguientes días pasamos a otro sector más clásico, la Ermita, y ahí ya nos las vemos y nos las deseamos para triunfar: las vías son mucho más físicas y con pies precarios (y mucha más sika, que no influye en hacerlo mejor o peor pero ahí está certificando la calidad de la roca en comparación con Valdecabras). Que los encadenes son más caros, en resumen. De los últimos días me quedo con los pegues fanáticos de los máquinas de Eva y Pablo a sus respectivos proyectos –pa flipar, oiga-.



Y con este viaje disfrutamos de los 25 días que teníamos de vacaciones que, sintetizado en números y entre el barbas y yo, vienen a ser: 2.300 km, 80 vías encadenadas de séptimos (a,b y c con 63 vías) y octavos (a con 17 vías), 50 partidas de ajedrez y, final cursi pero no menos real, risas infinitas.

sábado, 25 de octubre de 2014

Aceituna tour I: bajarse a Cádiz

El sábado 27 de setiembre gané, junto con mi estimadísima Teresa Troya, el Campeonato de Bloque de España. Al día siguiente, trabajaba; al otro, empezaba las vacaciones. No tuve tiempo de escribir nada y, aunque el mundo se libró de otro post prescindible, a mí me supo mal. Y ahora es tarde. Así que, amigos, no os voy a hablar de esa competición porque la cosa está ya más caducada que el yogur que me encontré ayer al abrir la nevera. Si alguien quiere ahondar más en el tema (aquí la pregunta sería, ¿por qué? pero en fin, rarezas las tenemos todos) puede leer este texto que escribí para los amigos de Vèrtic, hace un par de semanas  y mientras hacía la colada en Granada. 

Click en la foto para un rollo macabeo.

Después del título, avispados lectores, imagino que ya sabréis sobre lo que sí versará el post de hoy: los sectores de escalada que hemos visitado estas vacaciones. Como siempre, nuestro periplo acostumbra a dividirse en etapas que, a veces, coinciden con el ritmo de escalada que nos marcamos cuando salimos varios días (2 escalada / 1 reposo). Prestad atención porque un viaje de roca por Andalucía no tiene desperdicio y cumple con las tres bes que exige nuestro estricto canon vacacional: buena roca, buena comida y buena gente. Me lo decían y no me lo creía (gracias, Andrea). Y ahora soy yo la que os lo recomienda totalmente.

1ª parada – La Foradà
Caminito al sur escogemos este sector levantino tan clásico para la primera etapa. Las vías son buenas pero extremadamente sobadas y patinosas. La suerte es que la pared ofrece bastante canto y de ese modo se pierde (un poco) la emoción de resbalar. Hacemos algunos séptimos y probamos algún 8a. Quizás aún esté cansada de la competición, pero todo me parece duro. 

2ª parada – Cabeçó d’Or
Varios habían sido los que nos habían recomendado este paraje, digno de un spaghetti western, para echar el día trepando. Así que nos ponemos manos a la obra y disfrutamos, sobre todo, de las chorreras interminables en los 7c y 7c+. Los sextos me parecen de un estilo más exigente y más sobados. Me quedo con Sensación de pinzar (7c) como vía 5 estrellas.

Pasamos la noche en Murcia, visitando a mi homóloga Tere y al bueno de Iris. Después de una rica cena nos despedimos con la falsa promesa de volver a verlos de subida (más adelante entenderéis el porqué, pero no ahora, que quiero darle intriga al relato).

El día siguiente lo dedicamos a seguir bajando hacia el sur y virar luego hacia el oeste: tierras ignotas nos saludan mientras el sol de tarde nos fastidia sobremanera forzando el achinamiento ocular. Quizás por eso no nos damos cuenta de que estamos rodeados… 

3ª parada – La Muela
Rodeados, sí, por los árboles productores del oro líquido mediterráneo y del mejor aperitivo dominguero. Dejamos atras más olivares de los que hemos visto nunca para llegar a este escondido sector gaditano. Para mí, el fin del mundo; para los parapentistas, un lugar muy famoso. Las vías son de nuestro estilo: chorreras, grandes agujeros y regletas. Supongo que por ese motivo nos quedamos ahí cuatro días, tiempo suficiente para encadenar unas cuantas vías, buenísimas todas ellas, y para conocer a los locales, majísimos todos ellos. Mi vía recomendada ahí es Carpe diem, un 7c+ muy variado –chorrera/placa-. 

Rabomán y los viagra (7c+). Nombre divertido para una vía divertida! Foto: Javier Durán

Esteve y la impresionante pared de La Muela Foto: Javier Durán
El día de descanso lo dedicamos a visitar algunos lugares: Grazalema, donde son las fiestas del pueblo y todo el mundo va por la calle disfrazado de bandolero poniéndose las botas de chorizo, papas fritas y otros opíparos manjares –sí, fue un suplicio pasear con Neula, la aspiradora perruna, y mantener una trayectoria de paseo rectilínea entre los alegres bandoleros y sus miguitas de pan y panceta olvidadas en el suelo-; Zahara de la Sierra, uno de los pueblos más bonitos que he visto en mi vida; Algodonales con sus fuentes por doquier. De hecho, nos llama la atención la cantidad de agua que hay por aquí y, entonces, nos enteramos del dato: 2100 mm anuales (!!!!)

Rabomán y los viagra (7c+). Foto: Javier Durán
Escalamos un día más en La Muela y esa misma tarde ponemos rumbo a Villanueva del Rosario, hogar de la archifamosa  Chilam Balam de Bernabé Fernández. Es noche cerrada así que plantamos el campamento justo antes de llegar al pueblo y entonces, vía Facebook, deducimos que unos amigos acaban de aterrizar también ahí para quedarse una buena temporada. No veo el momento de que se haga de día, reencontrarnos y escalar en tan mítico lugar. Solo las (muchas) partidas de ajedrez perdidas contra Esteve ensombrecen mi buen humor –pero es el único método para que el tiempo pase deprisa-. Maldigo a Kasparov y a todos los que dominan el arte de menear con gracia el alfil. 

Mi obsesión por el ajedrez irá in crescendo al mismo ritmo que el disfrute por las vías andaluzas, ¡pero eso será en la próxima entrega!

Esteve y su barba en La Muela, otro elemento que irá creciendo a lo largo de los días. Foto: Javier Durán

martes, 23 de septiembre de 2014

Productos hortícolas y de la tierra

No ha sido hasta hace un par de semanas que hemos vuelto a desempolvar la cuerda y a calzarnos los gatos. El sitio escogido ha sido l’Alt Urgell, por su variedad de orientaciones y por ser un punto estratégico para la caza de setas. Y no, raramente hoy no me voy a quejar de nada porque ambas cosas nos han salido a pedir de boca. 

En el tema roquero, que es el que ocupa este blog, hemos encadenado unas cuantas vías buenas. En mi caso destaco Áspid, un 8b de Tati que Esteve hizo al tercer pegue. Para seguir refirmando mi idea de la subjetividad del grado, Esteve encadenó con muchos más pegues la durísima (y poco repetida) Visca els horts (i visca la terra) de Martí, otra vía cotada de 8b pero infinitamente más dura que su vecina. En cuanto al furor micológico, solo decir que nuestros amigos nos hicieron la ola cuando nos vieron llegar con el cargamento perfecto para cenar un menú de boletus edulis. 

Grandes zampadores de setas en Tres Ponts. Falta el bueno de Helios, que está cuerda arriba.

Como anécdota hoy os contaré el suceso enojoso que vivimos en el sector de Fígols a l’ombra, un tranquilo miércoles de este septiembre: 
Éramos un alegre grupo de 5 que empezamos la jornada calentando en un par de técnicos 6b’s y en la total soledad que suele reinar allí entre semana. Una de esas vías la dejamos montada, pues Marina quería hacerla como relajo al final del día. Después de calentar nos dirigimos a otras rutas más tentadoras y así pasamos el día, disfrutando del sosiego y de la caliza de l’Alt Urgell. Cuando nuestras pieles dijeron basta, recogimos el tenderete y Marina se adelantó para preparar su feliz escalada a la ruta que había dejado montada. Y cuál fue su sorpresa al encontrar el 6b totalmente limpio de cintas gracias a un par de tipejos que rondaban a pie de vía luciendo las susodichas cintas en sus arneses. Sin más explicaciones que un “aquí no había nadie” le devolvieron las cintas y ella, alucinada, nos lo contó minutos después. Cuando pasamos los 5 por ahí, ya de bajada, los tíos no estaban pero, casualmente, pasaron con un todoterreno justo cuando nosotros llegábamos a las furgos. Lo que vino luego fue un gracioso diálogo protagonizado por Esteve, que se iba encendiendo a medida que recordaba las palabras de Marina, y los eficientes limpiadores de la vía que rápidamente pusieron pies en polvorosa. 

Robert escalando un 7a en Fígols a l'ombra, el día del rabioso suceso.

Ya para terminar, os dejo aquí abajo cuatro líneas con las impresiones de mi compañero de fatigas y Gran Maestro en el jaque mate a la seta:


El mes d'Agost vaig aconseguir superar un rècord personal en l'àmbit de l'escalada: En tot el mes vaig anar a escalar un sol dia.

Tot i haver estat un mes amb temperatures suaus, el vaig dedicar a entrenar una mica de bloc al plafó, a fer melmelades de mora i figues, així com també patxaran.
La reentré en l'escalada en roca va ser a principis de setembre, i va ser de la mà de la via Visca els Horts. Una via equipada pel Martí a la zona de Fígols a l'Ombra.

Tenia especial interès en aquesta ruta perquè la vaig provar un dia uns 6 anys abans, i va ser tal el desastre físic que va obrar en mi durant la següent setmana, que vaig pensar que seria genial ser capaç de fer-la algun dia

I així fou. Després d’aprox. 17 o 18 pegues vaig posar la via al cistell, inaugurant temporada amb immillorable adquisició. No menys ressenyables són les adquisicions de fongs que vem fer per les immediacions aprofitant dies de repòs!!!

L’inici de temporada amb aquesta via, va coincidir també amb l’estreno dels gats Tenaya Oasi (no eren els primers que utilitzava). Estic convençut que en aquesta via tant tècnica i exigent de peus, haver pogut estrenar aquests peus de gat , m’ha facilitat el procés per fer-la. Felicitar als amics de Tenaya per aquest magnífic model i animar a la gent a provar-los!!! Em jugo un xupito de patxaran a que no us desil·lusionen!!!

Boletus edulis.

lunes, 25 de agosto de 2014

Segundo asalto estival

Este es un verano raro. Las temperaturas están siendo demasiado buenas* para trepar y nosotros no las aprovechamos (lo que os digo, raro de cojones). ¿Qué hemos hecho entonces? De manera coincidente con el tipo que merodea bajo el mismo techo que yo hemos disfrutado de unas cuantas sesiones de resina en el búlder. La guinda a estos días de encierro plafonero fue hace un par de semanas en la décima competición Bisbal Vertical donde conseguimos hacer un insólito doblete que quedaría para siempre en los anales de la historia familiar, si los tuviésemos (¿no os parece bonito usar la palabra anal y no estar refiriéndose a un culo? fascinante...). Y este sábado pasado, aun con la carrerilla de la compe anterior, participé en el tercer ibloc que montan los simpáticos de Ingravita –esta vez sin ganar pero igual de contenta-.

En la X Bisbal Vertical. Parece el mismo bloque pero en el de Esteve hay algunas presas menos... Foto: Jordi Santacana
Por otro lado, el resto del tiempo ocioso lo hemos ocupado con temas de índoles variadas. A Esteve le ha dado –de nuevo- la neura de explorar el mundo de la licorería, las conservas, la recolección y la producción a gran escala, poniendo a prueba la capacidad de almacenaje de casa: que si limonchello, que si patxarán, que si mermelada de moras, que si hierbas aromáticas, que si almendras, que si ciruelas... En fin, ya puede venir el apocalipsis.

Por mi parte, he dedicado el tiempo a otros menesteres más lúdicos -llamadme vaga-. Primero me uní a mis progenitores en un par de etapas de la transpirenaica (GR 11) donde tuve mucho tiempo para pensar. Desgraciadamente, anduve canturreando por las montañas y no lo aproveché. 

Reflexionando entre Planoles y Puigcerdà.
Luego seguí en casa enganchada a la sádica narrativa de George Martin (gràcies Akane!) al mismo tiempo que intentaba convencer a mi padre para que mirase la serie Juego de Tronos –la excusa perfecta para volverla a ver-. De ahí ha nacido el trueque más atípico que se recuerda en los anales de la historia familiar (ay no, que no tenemos): él mira Juego de Tronos conmigo sin bostezar demasiado y yo presto atención a sus clases de ajedrez disimulando al máximo el fallo genético que hay en mí en materia de peones, alfiles y demás calaña.

Ah, y también he subido algún día a Sant Llorenç del Munt donde he encadenado dos vías. De hecho, yo venía a hablaros de esto –de verdad, cómo me enrollo-. Os cuento: hace un par de años probé por primera vez Kirkut (8a+) y Zurich (7c+), ambas vías del Mur Blau (con esto quiero haceros ver que las condiciones son muy similares para las dos rutas: roca, clima, estado de forma personal, etc.). Desde entonces, las he ido probando esporádicamente y a la par hasta encadenarlas este verano. La cuestión es que Zurich me ha costado bastantes más intentos que Kirkut lo cual me llama potentemente la atención y me reafirma en la idea de que el grado es muy subjetivo. Ojo, no estoy poniendo en duda la graduación de estas vías, sino quitándole importancia. Sé que hay mucha gente que ha encadenado rápidamente Zurich y, en cambio, no así la otra vía, con lo cual entiendo que, de manera general, Kirkut es más difícil que Zurich. Llegados a este punto, inquietantes preguntas me asaltan: ¿Qué implica que una vía de un grado inferior nos cueste más intentos que una vía de un grado superior? ¿Es que acaso la dificultad no viene marcada también por el número de intentos que necesitamos dar a una vía para encadenarla? ¿Qué pasaría con los grados si realmente llegase el apocalipsis? ¿Y con las hormigas? ¿Seguirían acudiendo en masa a mi cocina?

Para quien se pregunte si esto de competir motiva. En serio, mirad cuánta motivación trasciende de la imagen... (Nois, ja em perdonareu per fer-vos serivr d'escalador-objecte jeje) Foto: Ana Linde


*Que ahora resulta que el cambio climático va a dar un parón hasta dentro de unos años –dicen los “científicos” que hasta 2025, lo podéis ver aquí -. Así que, tranquilos, lo que algunos escépticos llevan tiempo afirmando se confirma: a día de hoy no se tiene demasiada idea de cómo va a evolucionar el clima terrestre (y aun así, se continúa negando la evidencia a los ojos del mundo). Me gustaría pensar que este es uno de los mayores engaños de nuestra era…pero creo que aun los hay peores.

domingo, 13 de julio de 2014

Primer asalto estival

Que casi termina en KO para mí misma en el último momento. Pero, antes, ahí van algunas consideraciones de trivial importancia:

Häagen Dazs derribado o Black Hawk derribado, como prefiráis, un belicoso peliculón y un helado –el de macadamia- recomendación de nuestro mariscal de campo. Comer lo uno y ver lo otro es mi must para estas frescas noches de verano en las que llegas derribado -jeje- de escalar. 

Ahora sabemos qué hacía Jaime Lannister antes de perder su mano
Anómalas temperaturas veraniegas nos permiten dos cosas: la primera es trepar en julio como si fuese una fresca mañana de abril, la segunda es preguntarnos dónde están esos áridos veranos pronosticados hace no muchos años por los insidiosos climatólogos gubernamentales (para más información sobre el récord actual de hielo en la Antártida consultad aquí). 

Pantalón largo imprescindible en Sant Llorenç del Munt. Chaquetilla para asegurar, también.

Visca l’Alt Urgell! Que no puedo dejar de repetirlo, oye. Tan buenos días hemos pasado descubriendo sectores nuevos que casi se me olvida de lo a gusto que se está también en la tranquila Sant Llorenç del Munt.

Entre los Haagen Dazs y Black Hawks derribados, las temperaturas derribadas, los climatólogos derribados y las vías que hemos derribado -vale, ya paro-, yo creía que este primer asalto estival lo tenía ganado ya de largo. Pero “no diguis blat…” porque justo ayer, volviendo del trabajo, contraje el dengue, la triquinosis o el mal del tordo. Con suerte, la gripe. Y es que los hipocondríacos somos así: lo mejor que podéis hacer con nosotros es alejarnos de Google. Búsquedas como “enfermedades mortales con dolor de huesos y fiebre” o “síntomas que parecen gripe pero son otra cosa” no ayudan a sentirse reconfortado. Del mismo modo, mis gemidos lastimeros tampoco ayudan a sentirse reconfortados a los que me rodean (“joe, qué pesada es la niña”, me pareció oír cuando exponía el autodiagnóstico a mis progenitores –hecho notorio por tratarse de mensajes de texto vía whatsapp-). La cuestión es que aún me estoy recuperando de las horas que pasé con alta fiebre y mal cuerpo –el dengue iba en cabeza, sobre todo porque el día antes me había picado un mosquito y me parecía altamente plausible-.

Después de todo, creo que sobreviviré al virus maligno de turno pero temo no estar al 100% para enfrentarme al segundo round canicular. Ya os cuento.

Y mientras bajo la fiebre, al loro con La Vanguardia: muy aburridos –sin noticias- debían de estar para publicar este reportaje de Siurana en portada y dedicarle varias páginas internas.

sábado, 14 de junio de 2014

Teoría del verano

Definitivamente ha llegado el verano

A nosotros, concretamente, nos ha abordado a traición: hace un par de semanas empezábamos vacaciones por Rodellar donde todo eran humedades y aseguramientos con chaqueta. Las chorreras disparaban gotas a discreción que caían en nuestros despistados cogotes. Dormíamos con edredón. Éramos felices. Entonces, después de la simpática competición de Copa de España en Lleida de cuyo desenlace no quiero acordarme (o sí, lo hice mal y ya que estoy hablando de ello hago un inciso para animar el cotarro con un dato “esgarrifós”: los aseguradores oficiales no habían visto un grigri en su vida, así que lo de dar cuerda/recoger/pillar ya ni os cuento -algunas tuvimos la suerte de pedir un asegurador con experiencia y que se nos fuese concedido-) llegó el bochorno estival y sus daños colaterales. 

Los primeros días todo eran risas en manga larga y Neula no mostraba su lengua. 
Lo único positivo de la subida de las temperaturas fue que se secaron muchas de las vías, algunas de las cuales habían estado casi impracticables. Fastidiosamente, el resto de consecuencias fueron mucho más insidiosas; tanto como para echarnos de Rodellar e ir a buscar refugio en la guarida más fresca de los BTR: Bielsa
Esteve empotrando por las Ventanas.

Yo no sé vosotros pero a mí el calor me baja la tensión –si seguís el blog ya lo sabéis, en verano muero-. No obstante, aparte de este práctico don personal, hay ciertos parámetros que cambian (a peor) para todos y nos indican la llegada de la canícula:
  • Te conviertes en alquimista: el magnesio desaparece de tus dedos en segundos y se transmuta en agua.
  • Arf-arf-arf: los jadeos se oyen hasta en la sombra (y son de tu perro, normalmente).
  • A final del día la poca agua que te quedaba se la acaba de beber tu compañero. No sabes por qué pero lo odias.
  • Entrar en el coche/furgo te prepara para la titulación de segundo grado de faquir (caminar sobre las brasas es ese fresco paseo del curso anterior).
  • La gente va ligera de ropa. De acuerdo, eso no es malo pero pone malo a más de uno (y de una…).
  • Los pelos: miras hacia abajo y ves unas piernas peludas. Y oye, son las tuyas. Señal de que llevas pantalón corto y hace días que no te depilas pues estás de vacaciones, ergo, es verano. Rebuscado pero cierto. 
  • Los mosquitos. Hay personas que están tocadas por la mano de Dios y los mosquitos les ignoran mirándoles por encima del hombro. El motivo por el cual algunos recibimos toda clase de atenciones de tan punzante insecto lo desconozco pero tamaña injusticia debería juzgarse en el tribunal internacional de La Haya. 
  • Por una cerveza ma-tas.
  • Por último y por ello lo peor: escalas sudando hasta por los párpados, boqueando y resbalando como un boquerón recién pescado, agotado tras dos simples movimientos y sorprendido por tus propios olores corporales que te embriagan al levantar el ala. Encadenar así es casi un milagro.
Milagrosamente encadené Sierra de Guarras un 8a o 8a+ rabiosillo de Ventanas.
Y ¡que viva el verano!

domingo, 25 de mayo de 2014

El buen tiempo en Rodellar


Cosas raras de la vida que hacía casi un año que no escalábamos por Rodellar y, ciertamente, lo había echado de menos; me di cuenta de ello nada más llegar. Y me reafirmé en cuanto me calcé los pies de gato, recuperando la placentera sensación del escozor generalizado en las rodillas y en los antebrazos. A todo esto hay que añadirle la tensión e intriga nocturna que me mantenía en un sueño profundo (lo sé, es contradictorio, pero la vida es así), a la espera de un correctivo por parte de la benemérita –que afortunadamente no se materializó-. En relación a esto, nos comentaron que todas las multas que se impusieron la temporada anterior, estaban cursando con agilidad y llegando a sus destinos. Por si las moscas os dejo aquí información al respecto y que, resumiendo, viene a decir que la DGT diferencia el estacionamiento de la acampada en la Instrucción 08/V-74. La otra cara de la moneda viene cuando estando estacionado te multan porque la legislación local contradice la de la DGT. Echad un vistazo a este blog, en los comentarios veréis un montón de ejemplos de esto que os digo. 

Esteve "crushing" Legalización, 8a+ duro de la Gran Bóveda.

Y ya en el terreno deportivo, disfrutamos de 5 días seguidos de escalada; pero no por voluntad propia: simplemente caímos en el engaño de Maldonado. Cada mañana la previsión para el día siguiente era de lluvia así que aprovechábamos para escalar con el lema “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” (o “mañana paella”). Pero al día siguiente amanecía sereno y con una previsión lluviosa para el siguiente día. No podíamos parar. Nosotros, que ya al segundo día de escalada nos caemos hasta de las sillas. El milagro es que sobreviviésemos a tal sobredosis roquera y, chúpate esa, encadenásemos algo.

Para acabar, aquí me veis en una foto tomada hace un par de semanas por Oriol Cañellas quien, próximamente, nos traerá una novedad suculenta: estamos a la espera atentamente. La vía es Winchester, un 8a de Gelida.


miércoles, 30 de abril de 2014

Juego de Romos

Y de regletas, bidedos e invertidos. 

Si algo sé con seguridad es que este año el décimo Open del Bous de la Salle será más emocionante que echar una ojeada al otro lado del muro. Y ¡qué muro! Para esta edición, que cumple una década, os aguardan más de 50 bloques repartidos en tres estructuras distintas. Tres días de resina y diversión os esperan en el Open de bloque más concurrido en este lado del mundo.




Así que, desenvainad vuestros pies de gato y batíos en lucha con todos y cada uno de los problemas que los guardianes del muro tendremos el gusto de idear. Y así, dirigidos por Lord Comandante Jaume, podremos disfrutar otro año más de un Open Bloc que ni es oscuro ni alberga terrores, sino todo lo contrario.



Se acerca el Open…



martes, 15 de abril de 2014

Pascua de resurrección


Mi larga travesía por el desierto terminó: he llegado a la meta con los bolsillos llenos de arena y un cierto escozor de ojos, pero nada que no se cure escalando o con un buen colirio. Sí, esta metáfora es una mierda, hasta yo la leo y no entiendo nada (algunos tontos le llamarían arte; le llamaré arte, pues). 

Veamos, lo que os quería decir es que, por fin, tengo más tiempo para trepar y que, tras tantos meses quemando pestañas ante el puto ordenador –y comiendo muchas galletas, de ahí lo de los bolsillos llenos de arena, 3 kg de arena para ser concretos-, quiero que me regente la inactividad cerebral. Voy a guardar cualquier intento de darle al coco para garabatear el patrón de desbloqueo del móvil o, como mucho y haciendo un esfuerzo, para recordar el pin.

Y así, dirigida por un cómodo aborregamiento, retomo la actividad del no-encadene, más feliz que unas pascuas –tópico acorde con el momento litúrgico y personal-. Dicho esto, pasen y vean las modestas fotos de ayer en Sant Llorenç del Munt que atestiguan el bendito retorno a la roca.

Òscar y un monodedo en Sueños de mierda (8a+, creo, ya que él hacía una variante de la Mierda de sueños).

Interesantes escaladas en Sant Llorenç cuando la lluvia ha borrado el magnesio.

Esteve en la sección clave de Trencaegos. Vía bastante nueva, unos la proponen de 8b+, otros de 8b.

 Fenakistiskopi, un 7c clasiquísimo de la Paret Gran. Juro que no me cogía de la higuera (en el pegue anterior sí). De todas formas, fallé en el paso duro (un monodedo que prefiero no usar) y deberé volver.

  

Nos encanta este sitio. 

domingo, 2 de marzo de 2014

La crème de la crème

Escalar y tener las manos suaves es como comer ajos y que el aliento te huela a fresca magnolia: si haces lo uno no tienes lo otro y viceversa. 

Aunque, bah, a los escaladores nos da bastante igual el tema. Aquí lo único que importa en relación a la piel de nuestras manos es que nos permita seguir escalando. Es decir, que ni duela, ni se desgaste, ni ninguno de los atroces conceptos asociados a ello (heridas, brechas, sangre, llanto, manchas rojas decorativas por toda la vía). Queremos una dermis elástica y resistente. Eso y que nos toque la lotería. 

Total, que no hace falta ser muy hábil para saber de qué va hoy la cosa: cremas de manos. Para empezar, vaya esto por delante, no soy una gran usuaria de cremas de manos, por dos motivos:

  1. Soy fan de las cremas faciales, que unto metódicamente usando mis diez apéndices digitales –por llamarles de algún modo-. Este gesto ya me procura, en general, hidratación suficiente.
  2. Y digo suficiente porque mi piel es grasa, hecho que arruina cualquier intento de mantener una piel mate en las fotos. O sea, el diagnóstico es que me brilla la frente, y no en plan metafórico, de sabiduría, sino en plan campesina laboriosa plantando lechugas bajo el tórrido sol canicular. 

No obstante, estoy rodeada de grandes consumidores de este cosmético: mis amigos, los Piel Seca. Esteve es un gran miembro (he dicho “es” y no “tiene”, que me leéis en diagonal y luego vienen los malentendidos) de esta árida tribu, y se unge día y noche como si no hubiese mañana. Por casa han pasado cremas de toda índole y, por culpa de ello, hoy puedo hablar sobre las cremas de manos como si fuese el propietario de Nivea. Aclarado esto, aquí viene nuestro Top 5:

Mercadona Aceite de Oliva: crema con base aceitosa –de ahí el nombre, mis suspicaces amigos- que hidrata medianamente pero que huele divinamente. Según una dermatóloga amiga de la familia, es una muy buena crema relación calidad-precio. Yo la uso en las piernas.

Neutrogena: un clásico que nos descubrió Oriol en Red River. Con poca cantidad hidrata mucho. Genial para mantener a raya grietas que aparecen en invierno. Eso sí, más barata en los USA que aquí.

Crema de manos concentrada (Mercadona): la copia barata de Neutrogena. Otra crema que va muy bien para hidratar las manos completamente con muy poca cantidad. Viva Delyplus.

Climb-On: es como untar el dedo en una vela con forma de flan, y con razón, pues lleva cera de abejas (y tiene forma de flan). La versión pija de Neusc (que también hemos testado, vaselina pura y no está nada mal por el precio que tiene). El olor, un tanto raro, a mí me pirra: entre armario de abuela y vela del Natura. Solo para tus yemas.

Climbskin: lo que más me gusta es la frescura que aporta, algo que es de agradecer cuando tienes las puntas escocidas (las puntas de los dedos, por favor!). Rápida absorción aunque hay que echarse cantidades generosas para que cunda. Nos parece bastante buena en cuanto a regeneración se refiere así que la usamos para las yemas. 


Resumiendo, las tres primeras cremas opino que son perfectas para uso general y las dos últimas, más apropiadas para las zonas desgastadas (las yemas de los dedos, habitualmente). Añado, para los Piel Seca –y para aquellos que escalen mucho, sean de la tribu que sean-, que una buena técnica con la lima también os ayudará a mantener el callo en su sitio. Eso sí, como he dicho al principio, que NADIE espere tener las manos suaves mientras se dedique a agarrarse a la roca como un poseso, ni aun usando un pulidor eléctrico o la novedosa crema a la manteca de cerdo. Esto y tener los pies feos es nuestro sino. 

Y hasta aquí lo que da de sí tan viscoso material.

miércoles, 19 de febrero de 2014

La Sanción de estar en nómina

Como si fuese una osa no amorosa tirando a irascible, prosigo con mi letargo invernal escondida en la oficina. Mientras tanto, otra gente disfruta de sus escaladas al sol (o a la nube) de febrero. Malditos. Por las noches los observo a la vampiresca luz del portátil: cuelgan sus fotos en Facebook, sus encadenes en 8a.nu o me lo cuentan directamente –a la cara, sinvergüenzas-, consiguiendo que mi percepción de auto-pringadez aumente y piense que el trabajo es el nuevo esclavismo (y el viejo, en fin).  

Y aunque cuento esto, estoy contenta como unas castañuelas. No por nada concreto, soy así, no hay manera de estar triste aunque le atice al rico pacharán de Esteve –y eso que dicen que el alcohol es un depresivo-.

Bien, como no tengo nada rocoso que contar, hagámosle un gracioso rizo al post anterior: gracias a la colaboración ciudadana –cada día más difícil de ver en el mundo del blog- tenemos aquí información recién salida del horno. De 1974, para ser más concretos (¿qué son 40 años ante la vida de una estrella, el loro de Churchill o la mosca común? Pues nada, media vida y mucho, respectivamente). Sí, yo también comienzo a sospechar que no son solo endrinas lo que le echó Esteve a su rosado brebaje…

Recentrándome en el tema de la Sanción del Eiger, observamos esta curiosa foto del amigo Clint con Messner y Habeler después de conseguir la ascensión más rápida a la Eigernorwand. (Gràcies Cristobal i Víctor per compartir vostra sabiesa)

Sr. Estilo junto a un Reinhold peinado a lo Beatle.  Los de atrás y la rubia son también actores. Habeler es el bajito de la derecha.

Y dicho esto, si alguien más quiere contarme lo bien que se lo ha pasado trepando que hable ahora evidenciando su maldad y poco estilo o que calle para siempre, como el buen samaritano o el mudito de los hermanos Marx. 


Para acabar, fijaos en este anuncio de Messner y Hillary, que no tiene nada que ver ni con el post ni conmigo (soy más de Casio) pero sorprende por su ingenioso lema y por su parrafada que lo distingue de los anuncios photoshoperos de hoy en día. 

domingo, 26 de enero de 2014

La sanción de la ascensión

He estado haciendo el “Ciclo Clint Eastwood”, y con ello no me refiero a un ciclo de entreno donde masques tabaco y mandes callar a tu compañero de plafón, “cierra el pico Joe, me quedan veinte malditas series”, sino a lo evidente: estoy mirando todas las pelis del bueno de Clint. Una de ellas, concretamente La Sanción del Eiger, la vi junto a mis padres durante una lluviosa tarde de sábado. La peli es del 75 y, según mi padre, causó furor entre los alpinistas del momento, pues nunca se habían mostrado imágenes así en el cine comercial. 

La sinopsis la encontráis rápidamente en Google, pero para perezosos de la tecla ya os la digo yo: Profesor, coleccionista de arte y antiguo agente secreto se enrola en un equipo internacional para subir por la norte del Eiger y, como quien no quiere la cosa, vengar la muerte (la sanción) de su mejor amigo -además de conseguir pasta gansa-. Más o menos.


Lo que me ha molado especialmente son los diálogos de la versión en DVD que vimos nosotros, donde a ratos subtitulan innecesariamente mientras hablan en inglés o en español (el audio es caprichoso) con poca coincidencia entre lo que se escucha y lo que se lee. No sé dónde coñe adquirieron la peli mis astutos progenitores, pero fue algo desconcertante que nos tenía totalmente pendientes. Por ejemplo, Clint decía a una chati “vamos a la cama a pasarlo bien” mientras en los subtítulos aparecía la intrigante pregunta “¿Es esa mi gratificación?”. 

Resulta que yo esta peli la empecé a ver hace unos años pero a los pocos minutos de film me levanté del sofá gritando “pero qué cosa más machista, me largo, Joe” (o joé, seguramente). Esta vez he resistido porque, como os he dicho, estoy haciendo un ciclo y quiero terminarlo. Certifico que la peli sigue igual de misógina que entonces, y que al rebaño de mujeres que aparecen lo tratan tan delicadamente como al ganado bovino infectado de encefalopatía espongiforme. 

Pero centrémonos en el intríngulis del metraje –empiezo a entender porque los críticos de cine son tan insoportables-, las escenas de montaña y escalada. He estado husmeando por matrix en busca de las curiosidades respecto al rodaje de tales escenas. Y gracias a ello mi admiración por el sr. Eastwood está tocando techo: resulta que decidió aprender a escalar en Yosemite porque no quería que nadie le doblase en ninguna secuencia. 

Otra curiosidad digna de mención sucede en la escena donde Clint se entrena para ir al Eiger en Utah. –Spoiler va-. Le vemos corriendo detrás de Pocahontas y subiendo un búlder cuando ésta le enseña las tetas desde el top (supongamos que es una inteligente metáfora de la motivación). Junto con las domingas de Pocahontas y el festivo entrenamiento, las escenas sobre la roca de Monument Valley son muy llamativas. Destaca la última ascensión, antes de partir a Suiza, al Totem Pole. La nota oficial fue que Clint y sus amigos fueron los últimos en subir ahí, con el compromiso de quitar todos los pitones y hierros de la aguja a cambio del permiso para filmar. La realidad es que otros escaladores han subido furtivamente a este monolito, aunque la prohibición de escalarlo sea muy estricta (es decir, como te pillen practicarán puntería en tu puto trasero, Joe). 

La nota trágica de la peli sucedió el segundo día de filmación, cuando uno de los dobles de riesgo perdió la vida al caerle una roca en la cabeza. Estuvieron a punto de abandonar el proyecto a causa de muchas críticas recibidas por la peligrosidad del rodaje. Si se pudo terminar el film fue gracias a la cabezonería del director (habéis acertado: Clint Eastwood otra vez). 


Si después de (o, gracias a) esto os decidís a verla, no os perdáis las maniobras raras que hacen con las cuerdas, disfrutad de las imágenes de la norte del Eiger y vigilad que vuestra versión no esté amenizada con subtítulos de Monthy Python: “Oh… vas a hacer la sanción en la ascensión? (en el día de la asunción?)”


De acuerdo Joe, voy a cerrar el puto pico.