martes, 3 de agosto de 2010

3 P

Antes de irme definitivamente de vacaciones -joer, es el tercer post que escribo despidiéndome, empiezo a preocuparme- quiero dar cuatro pinceladas acerca de un sector cercano a Organyà que nos ha tenido bastante entretenidos los últimos fines de semana y con el cual me siento en deuda: Tres Ponts. Allí hemos podido escalar vías larguísimas de séptimo y octavo grado con una temperatura más o menos aceptable. Es una escuela espléndida equipada por los, más espléndidos aun, Manresanos.
Lo bueno y lo malo del sector tienen el mismo origen: el sitio se halla por encima de un ruidoso Segre a modo de congosto donde el aire sopla constantemente. En Tres Ponts dependes absolutamente de la brisa: si es cálida va a parecerte como un chorro de aire acondicionado -sí, pero de la parte exterior donde sale el aire caliente a chorro -. Este viento permanente y la cercanía al río también hacen que a cierta altura no oigas absolutamente nada más que tu respiración agitada (allí siempre es agitada) y que debas comunicarte a grito pelado con los de abajo. Pero son molestias menores que quedan arrinconadas al lado de la calidad de las vías. La mejor época es primavera y otoño, pudiéndose escalar tranquilamente en verano (sombra a partir de mediodía). Una característica negativa de este sector es que siempre se rompen presas y que la roca se soba rápidamente. No obstante, las placas medias y superiores acostumbran a ser de caliza gris compacta, adherente y consistente.

Paco en Tarragona (7c+).

Para llegar al sector lo más habitual es dejar el coche aparcado al lado del túnel que hay 5 km pasado Organyà dirección Andorra. Para ello hay que salir antes, dirección Montant de Tost, conducir unos centenares de metros y aparcar justo al lado del túnel. Cuidado, a veces abren coches. Pero más cuidado todavía al cruzar la carretera, vigilad porque los coches salen zumbando del túnel -y, obviamente, entran zumbando en él-. Del otro lado sale un sendero que, en 10 minutos, os lleva al sector el cual ya habréis visto desde el puente al cruzar la carretera. Si vais con perros o niños, sabed que hay que cruzar una pequeña pasarela, la cual no tiene dificultad alguna pero es peligrosa, está equipada así que podéis hacer buen uso de ella. Más cosas: las vías son muy largas, sobre todo si os animáis a segundos o terceros largos. Tenedlo en cuenta a la hora de descolgaros.
El sectorcillo Bon combat está al otro lado de la carretera antigua (hay que cruzar la nueva igualmente y andar un centenar de metros por la vieja) y tiene sombra por la mañana. No hay demasiadas vías, algunas están sucias y es un sitio más húmedo.
Reseñas encontraréis en muchos sitios, pero, de momento, me quedo con las de Can Romu (sala de búlder de Manresa).

Y ahí van mis "must", lo que no os deberíais perder por nada del mundo según mi -repito, MI que no TU o SU- criterio:
  • Xorrera (7a), atípica vía de bloque con una tufa protagonista. No es buena para calentar pero está rodeada de sextos perfectos para ello.
  • 7b sin nombre (primer largo; derecha Alt Urgell), perfecta para catar el estilo Tres Ponts -invertido tras invertido- y calentar. Buenísima.
  • Instint Salvatge (7b+), allí donde la naturaleza ha sido generosa con el escalador. Una obra de arte hecha vía aunque a primera vista no lo parezca, como tantas cosas buenas. La mejor del sector.
  • Tarragona (7c+), vía muy disfrutona con sorpresa final. Me encanta.
  • L'alternativa (8a), se ve que se rompió un canto y subió medio grado. Ni idea de cómo era antes, pero ahora es simplemente genial. A quien le sepa a poco, que continúe subiendo el segundo largo (8a+) si dispone de cuerda y se siente capaz de levantarla.

Y, finalmente, un Cheesecake en la plaza de Pons cada vez que se encadene.

domingo, 1 de agosto de 2010

Get Back

Oigo y escucho: Get Back to where you once belonged. Lo cantan los Beatles, y eso, para mi, va a misa. Así que, haciendo caso al estribillo, vuelvo otra vez a las montañas, allí donde todo se originó (en lo que a mi concierne, claro).
El señor que vende bratwursts en la calle central debería recordarme y regalarme una de sus salchichas por mi fidelidad -son seis veces ya-, pero el muy ladino no aparta la vista de la parrilla. Las hordas de japoneses continúan comprando peluches de marmotas. Los recios guías van como si anduviesen un palmo por encima del resto y, caso improbable de hacerlo, mirando a los turistas por encima del hombro. Los balcones exhibiendo sus decoraciones vegetales en plena floración y, los Cuatromiles, siguen desafiantes con sus nieves perpetuas como telón de fondo. Esto es Zermatt y lo peor de todo es que ya no estoy allí.

Fotos a gogo: Ver edelweiss (cuadrante inferior derecho) es casi tan espectacular como el Matterhorn.

Cierto, ya no estoy allí pero estoy de humor vacacional aunque me toque trabajar la semana que viene. En septiembre vuelvo aquí, al blog, de donde ya también pertenezco un poco y no al contrario. Get Back to where you once belonged, sí, de acuerdo, pero de momento: Vacaciones!