Tortazo el que me ha pegado la resina después de un par de meses sin entrenar. Me duele hasta al estornudar y todo gracias a la competición en Margalef sobre la nueva estructura de Gárgola. Es decir, hoy voy a ir al grano que tengo que continuar con lo que me pide el cuerpo: comer y dormir.
El sábado, aparte de la fanática compe, emocionante y espectacular, hubo más distracciones poco habituales para mí: desde observar a verdaderos cracks del slackline haciendo virguerías hasta pasar media tarde haciendo el ganso con el resto de competidores en la piscina municipal (hasta el momento a esos lugares yo solo iba a nadar) y reencontrarme con amigos que hacía eones que no veía.
Eileen y yo en la final. Ella encadenó tres bloques, yo uno, el mismo sobre el que estoy en la foto. |
En Margalef también descubrí un par de cosas interesantes: La primera fue testar los nuevos pies de gato Tatanka de Tenaya en la misma competición, enamorada me tienen por su comodidad y agarre desde el momento cero. La segunda fue aclarar, por fin, el origen de las picadas que me aparecieron hace una semana por brazos, piernas y cuello. Pensando que eran pulgas y que mi perra era “the matrix” pulgosa, al final resultó ser obra de los malditos chinches Gijonenses. Se ve que las picadas de chinche reaccionan una semana más tarde, pero eso no lo descubrí hasta que indagué un rato por San Google y observé las mismas picadas en los cuerpos de mis compañeros de la selección catalana. Cada uno atribuía un origen distinto a sus picadas, pero ahora ya está esclarecido el misterio (y menos mal, porque estaba a punto de ponerme a ladrar pidiendo un collar antipulgas).
Para acabar de rematar(me), el domingo fui con Esteve a escalar a finestres donde probamos el fustigador (8a+), cuyo nombre describe la vía a la perfección. Yo acabé totalmente fustigada pero Esteve, nada más llegar a casa, continuó con sus labores de corte y confección que pronto merecerán un buen post.
4 comentarios:
Viendo lo comilona y dormilona que estás hoy y, con lo que molan estas actividades tant duras, cualquiera no se apunta a competir.
Ya está hecho, a partir de ahora a competir.
tu no deus ser l'Esteve que jo conec, no????? (i si és així, t'hauré de dur al Pere Mata)
Oh la lá,sólo pensar que te han atacado chinches es que se me rebela el alma.
Les friburgoises.
Estimada andarina, lo de los chinches fue en Gijón, una larga historia que da para una cena, o dos en el caso que todo esté tan rico que no pueda ni hablar.
Recuerdos al Mariscal y a Gerda.
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