¡No pasaran! + fotos de Córdoba

Los acontecimientos que narraré a continuación tratan de sentimientos y emociones humanas muy profundas. Yo aún estoy muy sensibilizada con todo lo sucedido, así que sed benévolos conmigo, pofavó.
Sábado 12 de mayo. Una competición a la que hay que asistir a las 7:30 de la mañana no puede irme bien jamás de los jamases (excusa nº1). Empezaba ya con mal pie y con la cabeza en las nubes pues el día anterior había ido con Nuria, Helena y Anabel a Camp Base (Granollers) que es la tienda de material de montaña que nos patrocina. Como esto del patrocinio suena a profesional yo pensaba que solo por estar patrocinada una ya es más buena. Pero resulta que no. Además, el quedar segunda de la Copa Catalana el año anterior también ayuda a ir con más seguridad de la necesaria a la primera prueba del año. El caso es que yo daba totalmente por supuesto que me iba a clasificar sin ningún problema. En la ronda clasificatoria eramos 12 chicas a alguna de las cuales les dí algun consejillo (cuanto me arrepiento, sobretodo por el recochineo que deberían llevar luego jeje) en plan "pequeña saltamontes: relájate y disfruta, no te pongas nerviosa, es normal hacerlo mal la primera vez, bla bla bla". De las 12 se clasificaban las 6 mejores, y yo quedé en séptimo lugar. ¡¡EN SÉPTIMO LUGAR!! ¿Me corto las venas o me las dejo largas? No me lo podía creer. ¿Será por floja? ¿Será por confiada? ¿Será por Venus entrando en Marte casa II con Júpiter alineado?. Por lo que sea quedé séptima empatada con mis queridísimas compañeras de fatigas Anabel y Nuria de las que creía que también se clasificarían sin dificultad alguna. Es que hacía mucho calor (excusa nº2) y tener a Salva por ahí cerca es demasiada presión (excusa nº3). En cuanto supimos el resultado, Nuria iba arriba y abajo cabreada consigo misma y Anabel y yo nos sentamos en un rincón recreándonos en nuestra frustración con una actitud victimista y espetando comentarios de gran deportividad que por respeto no expresaré aquí. Entonces decidí llamar a mis padres para buscar consuelo:

Marieta: Marga...no hemos pasado.
Marga: hemos?

Estuve a punto de decir:
Marieta: Marga...no nos han pasado.

Pero me contuve. Cuando lo correcto en cualquier caso habría sido:
Marieta: Marga...no he pasado.

Pero mi ego es así de débil y necesita de estas estrategias para mantenerse a flote.
Menos mal que al final hubo un empate entre universitarias y así pudimos probar los mismos bloques que las finalistas para desempatar. Y jod...jolin! lo hice bien, que lástima que no me clasifiqué. Pero los lamentos no sirven de nada. He aprendido una lección y ahora estoy mucho más motivada para entrenar duro. No se puede ir relajada, hay que apretar aunque sea en la clasificatoria. Grrrrrrrrrrr, preparaos. Pero acabé muy contenta porque en la final lo hice lo mejor que pude y me quite el gusto amargo de la clasificatoria.
Y ya saliendo de mi misma -se ve que es sano dejar de mirarse el ombligo-, la compe estuvo muy bien, hay que agradecer a Jaume Oliveras y la gente de la organización todo su esfuerzo: moltíssimes gràcies!
Este año los bloques han sido mucho más duros que los del año anterior. Me ha gustado mucho el equipamiento, no así a mis bíceps que se negaban a bloquear, los muy traidores. La final de los tíos impresionante como siempre, un espectáculo. Al acabar con la entrega de trofeos, hubo un sorteo de material que fue muy emocionante ya que había un montón de premios pero todo el mundo quería el crashpad -le tocó a Ruben, tío con suerte-. A mi me tocó una especie de riñonera north face para ir a correr.je je je, correr, je je. Igualmente, me encanta que me regalen cosas.
Finalmente dar las gracias a Salva, Mackey y sus hijas, Isaac y sobretodo a Pere por animarme tanto. Que majos, oye.
¡Ah sí! Aquí os cuelgo algunas fotos más de Córdoba (cortesía de Nuria).

Ruben en la clasificatoria.

Marcel en...probando la vía...

Anabel en la clasificatoria.


Victor y Nuria en la final.
Yo, partiéndome de risa (aunque parece que toque las castañuelas) después de caerme. Tenía fotos mejores mías, pero no os habriais podido reír.