Monotonía en Margalef

Se ha podido corroborar, de nuevo, que tras un finde lluvioso el colectivo escalador está a rabiar por salir a la roca.
Este fin de semana lo hemos gastado en Margalef con nuestros queridísimos amigos Ivette e Isaac. El primer día en les Espadelles: lleno a rebosar -como el pantano- de conocidos que hacía un montón que no veíamos. Si no tuviese perra, este sábado habría odiado a todos los que se habían llevado el chucho a escalar pues había, como mínimo, 10 canes dando por donde cuelga la bolsa de magnesio a todo el mundo. Qué se le va a hacer, a mí al menos me encantan los animalitos pero a otro puede llegar a molestarle sobremanera. Eso sí, los perros disfrutaron como enanos, cosa de agradecer porque al final del día Neula, por ejemplo, se dormía por los rincones y no levantó ni el hocico mientras cenábamos (¡increíble!). Me llevo un buen recuerdo de este sector porque encadené un 7b+ de bloque en el que hay un par de pasos de esos en los que se te van los pies (cierren la puerta, ¡por favor!) y que tanto me cuestan pero conseguí mantenerme aferrada a la roca como una paparrilla.
El segundo día lo pasamos en les Finestres: mucho más tranquilo y solo con los compañeros del penedès. Impresionante la cantidad de vías nuevas –y buenas- que están apareciendo por esta escuela. ¡Muchas gracias a los equipadores! A destacar lo bien que lo pasamos probando “Aeroplástica” que no salió pero que, a mi, me puso hiperfanática. También le dimos a un 7c nuevo de continuidad precioso que está al lado de un 7b+ de chorreras (Montgronyeta) que ya probamos hace tiempo.
Qué lástima que tardaremos en volver por el Montsant pues estamos un poco hasta el moño (Esteve, básicamente) de bidedos buenos, bidedos malos, bidedos afilados, bidedos romos, bidedos tirando a tridedo, bidedos tirando a monodedo, bidedos asesinos y bidedos en general.

En resumen, que ha estado bien pero… ¡que se sequen ya las chorreras!