1 de abril: día internacional de la diversión en el trabajo

Tras pensar que no volvería a escalar en años (soy así de racional y comedida), la GRAN lesión duró 4 días y gracias. Así que este fin de semana me he podido desquitar de no haber escalado durante la semana santa y he disfrutado de lo lindo en Montgrony. El domingo con bastante menos gente que el sábado pero nada que ver con la masificación del invierno. La temperatura ideal y los acompañantes caninos (Neula y Cusco) y humanos (Esteve, los titos de Berga, Mar, Guillem, Javi, etc.) encantadores.

No os contaré los encadenes que hubo, ni las aventuras de Neula, ni lo mal conjuntados que van algunos escaladores, no os contaré ni siquiera el pésimo estado de mi esmalte de uñas (sí, sí, el de semanas atrás... aun dura el muy roñoso, le estoy cogiendo cariño y no quiero quitármelo). Hoy os comunico que esta semana cumplo 27 años. Ya ves tú, 27 años no son nada en la escala geológica. De hecho, la escala de tiempos geológicos tiene un error de más/menos 1 millón de años. O sea, que a lo mejor aun no he ni nacido. O quizás ya he muerto. No hagáis demasiado caso de estos delirios de geóloga pre-cumpleañera. El caso es que me fastidia cumplir años (tema arrugas y tal) pero por otro lado me alegra (tema estar viva y tal).

Toca recapitular. Me doy cuenta de que a los 27 una ya se siente en disposición de dar algún que otro consejo (no veas como seré a los 70). Así que ahora voy a enumerar mis 3 máximas que son fruto de mi aprendizaje en éste mundo (lo que no implica que las cumpla aunque el objetivo sea ese).

1. Si mientes te van a pillar. A mi se me da muy mal mentir y no es tanto por experiencia personal sino por observación del entorno que una se da cuenta de eso. Al final te descubren, te pillan, el mundo es un pañuelo y todo se acaba sabiendo.
2. Humildad divino tesoro. Anhelo el día en que encuentre el equilibrio entre la falsa modestia y la soberbia. Me siento como una pelota de ping-pong incapaz de sostenerse sobre la red la cual representa la verdadera humildad (mola, eh? Es mío).
3. Rehuir lo solemne. Tomarse con sentido del humor hasta las cosas más importantes ayuda a pasar con alegría por la vida y a relativizar. La actitud positiva puede cambiar un estado anímico negativo.

Si os apetece, me gustaría que dieseis vosotros algún consejo o alguna conclusión a la que hayáis llegado en vuestra vida.

Foto de los risueños penedesencs en Rodellar.