MuuuuuUuuuuuu

Antes de nada...

Aargh: no tengo internet en casa. El horror.
Por suerte, no todo es tan negativo y este finde hemos "progresado adecuadamente" en Montgrony. Cada vez estoy más enganchada a esta escuela, que ya es difícil. A veces pienso que me gustaría quedarme para siempre en Montgrony, con ese paisaje, esas chorreras. En fin, ya sabéis lo mucho que me gusta ese sitio.
Además, para aumentar mi gozo y mi sentimiento de Heidi, el lugar estaba abarrotado de tranquilas vacas rechoncha las cuales pastaban por donde les daba la gana de tal manera que a algunos les llegaron a despertar por la noche dando culetazos bovinos a su furgo. Eso sí, dejan un aroma en el ambiente que no lo supera ni el mejor ambientador del mercado.
Y a parte de esta congregación vacuna, nos encontramos también con muchos amiguitos: Suris (la familia crece?), titos Catx's, Jordi & Cris, Andorranos, Manresanos y otros acabados en anos (ui, que mal suena eso). Bueno, el caso es que a parte de todos los plebeyos que por allí estábamos, había también un escalador mítico que no perdió la sonrisa en todo el día. Digo lo de no perder la sonrisa por que el pobre se pegó un resbalón que no veas y además Esteve casi le mata al caérsele una cinta -sin querer, según él-. Es lo que tiene ser escalador super famoso, hablo del guapo de Stefan Glowacz. Bellísima persona de gran capacidad intelectual -para que luego me digan que frivolizo y que solo me fijo en el exterior y tal-. Por cierto, le visteis los abdominales? uf...


Lo que se le habrá perdido al teutón por Montgrony no lo se, pero encantada de haberle visto sr. Glowacz. Vuelva cuando quiera.