La boda de mi mejor amigo

Amigos, compañeros, familiares y lectores del blog todos, debo anunciaros algo:

Esteve se casa.

Y además lo hace dentro de tres días. A mi también me ha pillado por sorpresa el asunto, no os creáis.

Las bodas son un coñazo. Habitualmente se celebran en fin de semana fastidiando así cualquier intento de escalada. A mi parecer, lo peor son esas bodas multitudinarias, donde se invita a gente a la cual no le apetece asistir para nada a tan cansino evento.

Esteve, toma nota: si los novios fuesen de esta guisa la cosa prometería al menos un mínimo de entretenimiento...¿Vas a ir así? venga, di que sí.

En general no me gustan las bodas ni todo el protocolo y mandangas que las acompaña: que si lista de bodas o cuentas corrientes, que si mil invitados, que si despedidas de soltero, que si viaje a Cancún, que si invitaciones, que si vestidos carísimos (para un día, no lograré entenderlo jamás), que si limusinas con lacitos blancos, que si fotógrafos y reporteros varios, que si padrinos, madrinas, damas de honor y pajes reales, ... Por fortuna, Esteve es un tío cabal y se casa austera y sencillamente (o sea, sin nada de lo anterior). Aunque eso no evita que en la lista de invitados estén los familiares más próximos del novio y de la novia. Por eso me es absolutamente ineludible asistir a tal evento (y mira que sabían que tenía una compe y no quisieron cambiar la fecha, los muy traidores).
Yo ya intenté hacer recapacitar a Esteve sobre tal decisión pero él está, erre que erre , en que quiere 15 días de vacaciones. Por suerte, para él y para la novia, tengo 3 semanas de vacaciones que me he hecho coincidir para pirárnoslas a escalar por donde nos apetezca. Es una luna de miel un poco atípica, pero -¡eh!- ella también lo ha querido así (esos dos son un pelín raros).

Espero que la novia sea un poco más femenina que esta...Teniendo en cuenta que esta es un recio señor, concretamente un terrorista que intentaba pasar un punto de control en Bagdad -con un ramo bomba-. Evidentemente, le pillaron.