Al maig cada dia un raig

Qué bien me caen los australianos. No es que haya intimado nunca con alguno de ellos, es más, ni tan solo habré cruzado más de cien palabras. Pero el caso es que desde que tengo conocimiento de que existen animales tan bonitos como los koalas y, sobre todo, desde que leí el libro de Bill Bryson sobre Australia (En las Antípodas), estoy encantada con este pais. Pienso que alguien cuyo refresco favorito es la cerveza y ve a diario a los canguros saltar, no puede ser nunca malo. Este puente (12 de Mayo o segunda Pascua, festivo en Barcelona) en Rodellar he podido reafirmar mi excelente opinión sobre los australianos pues hemos conocido a una pareja de Sydney encantadora. Tales eran sus buenas maneras, las cuales iban in crescendo favorecidas por las nuestras, muestra de la buena voluntad para estar en consonancia con las suyas, que solo nos faltaba darnos reverencias y besarnos las manos.

Lo que sigue se dijo en Inglés Australiano y en Inglés Español –o sea, acento raro y chapurreo respectivamente- :

Marieta: Perdón, ¿podría probar esta vía donde tenéis vuestras cintas puestas?

Australiano: Absolutamente positivo. Por favor, adelante.

Marieta: Muchísimas gracias (me gustaría haber añadido “caballero”, pero pensé que ya era demasiado)

Australiana: Faltaría más. ¿La has probado alguna vez? Es una vía excelente, espero que te guste.

Joder, qué educación.

Me encanta este mapa. Del revés, y por qué no, ¿verdad?

Todo esto fue el lunes. El sábado, en cambio, estuvimos bastante más soeces probando vías en la Gran Bóveda contentos de poder escalar mientras llovía en casi todas partes. El domingo, soeces aún, no llovió hasta la tarde y yo encadené Argo que es, como ya he comentado en algún post, un 8a fácil o 7c+ para algunos (el hecho de que no lloviese hasta la tarde y que yo hiciese Argo no tiene ningún tipo de relación aparente pero son las dos cosas que quería enunciar del domingo).

A destacar lo crecidito que va el Mascún el cual cruzamos descalzos (para kele: ¿y lo bien que nos hubiese ido un puentecito?) y la inestimable compañía de nuestros viejos amigos (que no es lo mismo que “amigos viejos”) de Reus.