martes, 17 de mayo de 2011

Evolución

Llegué anteayer a casa, después de unas traqueteantes 10 horas de tren, y lo primero que hice fue salir al patio a saludar a mis rabanitos. Durante el intermedio de las dos últimas competiciones nuestro patio ha pasado de ser un parterre aburrido plagado de tréboles y caracoles a un terreno de lucha entre mis rábanos y calabacines, sembrados con cariño pero sin conocimiento, y el escuadrón terrestre de hortalizas que Esteve se dedica a plantar metódicamente a mis espaldas mientras yo caigo, metódicamente y también de espaldas, en rocódromos variados durante los fines de semana. Esteve, te aviso oficialmente, como alguna de tus berenjeneras invada el espacio de mis verdes querubines, las tijeras de podar actuarán sin juicio previo -como con el amigo Bin-.

Y no contenta con estas amenazas de exterminio vegetal, voy a contar un par de cosas más, que ya he tomado carrerilla. Lo primero que os quería contar es lo que me sucedió el lunes pasado, cuando fui a entrenar y paulatinamente interné en el asombro para no salir de él hasta el miércoles, dos días más tarde. Cosa rara, así leída, lo sé, intentaré explicarme mejor para goce y disfrute de mi entrenador: Pere, aquestes línies te les dedico.

Ais, qué majo, deberíais haberlo conocido cuando íbamos al instituto, le iba detrás una manada de féminas hormonalmente alteradas (siempre me he preguntado por qué los chicos de Ordal tienen tanto éxito...) y ahora es mi entrenador, rabiad nenas.

Es poco habitual en mi notar la evolución de los entrenos: siempre me veo igual de fuerte -o floja- cuando agarro las presas de colores. Pero al ir a entrenar el lunes y pedir unos bloques para calentar al par de amigos que había allí, me sorprendió la sencillez con que ejecutaba los movimientos propuestos. Entonces me dediqué, casi entre lágrimas de emoción, a resolver uno tras otro los bloques de control que nunca me habían salido hasta el momento. Al día siguiente me sentí igual de fuerte. Y el miércoles también, ..., hasta que me recordaron un antiguo bloque donde no levanté el culo del suelo -os odio- y desperté de golpe de ese repelente estado de euforia (yo creo que me lo cantaron para eso). Pero da igual, he tenido suficientes evidencias para ver que el camino ha sido el correcto. He evolucionado, ergo yuju. Otra cosa son las competiciones, claro, y ahí ya no entro porque quizás debería aplicarme una reprimenda pero no me apetece más que premiarme constantemente. Los hedonistas somos así.

Lo segundo y más interesante para el público escalador en general es un descubrimiento que he hecho: ¡la sopa de ajo! Así que seguro que muchos ya lo sabéis o simplemente os parece algo tan evidente que ni os lo habéis planteado. Pero yo sí, porque me quedo en lo básico. Tan elemental, queridos Watsons, como esto: tocar manos. Durante el fin de semana he palpado manos de gente muy (MUY) fuerte. Y, qué he notado al acariciarlas, me preguntaréis. Ni un ápice de emociones positivas, aunque están todos cañón (joer, eso es una desgracia mía, que me fijo en los detalles tontos) les acaricio las manos y lo único que me inquieta es que tengo yo más callos que ellos. Conclusión: los que tenemos callos en la palma de la mano es porque pillamos canto grande entrenando. No hay vuelta de hoja, si pillas ñapas es imposible que te salgan callos en la base del dedo. He ahí una gran verdad oculta al alcance de todas las manos.

Las hipótesis siempre quedan más creíbles con un gráfico.

lunes, 2 de mayo de 2011

Diario de una competición: Campeonato de España de Bloque 2011

6:00 Me despierto entre sueños extraños y tardo unos minutos en darme cuenta de que hoy es sábado y voy a participar en la compe de bloque más deseada. Los nervios no me dejan dormir más pero me quedo en la cama esperando a que suene el despertador, inmóvil como una mantis pero con las neuronas dando cabriolas. Estoy a gusto, relativamente.

7:14 Ahí voy. Me visto con la ropa sexy de la Selecció catalana y bajo a la cocina a tomar algo. Cuando estoy nerviosa me cuesta comer, la ansiedad me cierra el estomago, una crueldad intolerable. Tomo un yogurt y unas tortas de aceite y anís que me encantan, pero en ese momento no me apetecen, pero hago un esfuerzo y trago las tortitas andaluzas. Me peino, me repeino y escojo unos pendientes -gatos psicodélicos que trajeron mis padres de Londres-. ¡Lista!

7:50 Subo al coche y me dirijo a recoger a Helena. El trayecto es parecido al que hago todas las mañanas pero sin atascos y con los mossos al acecho de incautos pimplados, paparazis uniformados, me digo. Fotos no, por favor: 110 km/h max y tolerancia 0, al loro.

8:20 Sant Boi, Helena llega. Estoy atacá, le digo, y yo, responde. Perfecto, ahí vamos las mujeres al borde de un ataque de nervios, directas a la Fuixarda. No hablamos de la compe y eso me relaja.

8:55 Interrumpo a unos mossos que están rodeando a un tío lloroso a la entrada del Poble Espanyol "pero y yo qué sabía, ¡joder!" grita el acorralado. Les pregunto cómo llegar a la Fuixarda en coche sin infringir las normas de tráfico. Aparcamos justo delante del edificio, lujo asiático tratándose de Barcelona.

9:10 Entramos en el recinto de Climbat la Fuixarda. Ya hay bastante gente y mi miopía no me permite identificar a todos los conocidos pero sí al bueno de Yaco, el simpático perro de Shirleys y Carlos que menea el rabo y busca palos ajeno a la competición. El reencuentro con las amigas y compañeros tonifica mis mejillas. Muas-muas a discreción.

9:45 Entramos en el templo de la escalada, o eso proclaman los del Ayuntamiento (aunque la autenticidad y carácter de la escalada urbana -gratuita- en el túnel de la Fuixarda no la tendrá jamás). Se reparten camisetas y dorsales. Llevo el 62 y huele a nuevo.

10:00 Las clasificatorias están a punto de comenzar y salgo primera. Hay que calentar a toda leche. Por suerte, de momento solo estamos las chicas y la zona de aislamiento tiene un buen panel. Unos cuantos pasos y luego unos bloques, no voy a calentar más porque no tengo tiempo.

10:15 Comienzo algo nerviosa, pero tras el primer bloque me tranquilizo bastante. Pensaba que no podría levantar el culo del suelo y he podido encadenar. Uf, menos mal. Los bloques son muy altos y los pasos totalmente distintos a los que estoy acostumbrada. Algunos tienen partes técnicas y la mayoría son atléticos. Hay que leer bien pero son fáciles, originales y curiosos.

10:40 Llevo tres bloques encadenados pero el cuarto se resiste, lo visualizo "with the ass". Cara de tonta cuando veo a Tere resolviendo fácilmente. A cascarla.

10:50 Quinto bloque, leo bien pero ya falta bloqueo. Al menos he terminado, no tengo demasiado claro mi pase a la final, deberé esperar un buen rato. Intriga.

11:00 Estoy en las gradas con Helena, Tere, Shirleys y otras competidoras. Muy relajada pero con ganas de saber si paso o no.

11:30 Aleluya. Estoy en la final, voy sexta y pasan ocho. Muy satisfecha.

12:30 Mientras vemos a los chicos decidimos ir a comer a casa de Helena. El hambre me ataca de golpe, mi estomago vuelve a la carga.

13:30 Aparcar en pleno de Sant Boi a mediodía es muy duro.

14:00 Tere y yo somos los pinches de cocina de Helena, que nos manda poco y nos ofrece mucho: galletitas saladas de queso, frutos secos y cerveza (0.0, qué desgracia tan saludable) ¿Cómo coñe quiere que la ayude con tanto picoteo?

14:30 Ensalada de pera, pollo al limón, patatas con pimientos del padrón, verdura con algas, mostaza muy picante. Nos lo merecemos.

15:30 Habitación de la fierecilla del Baix Llobregat, momento de intimidad y relax en la super- cama. Creo que Helena duerme, respira con mucha calma. Yo cierro los ojos y por mi cabeza pasan cosas inconexas, estoy a punto de entrar en fase REM, pero no. De repente me siento activada, maldito reloj interno que se prepara para competir. Paso la mano por delante de la cara de Tere, ni se inmuta… no se la oye así que no sé si duerme o solo descansa. Qué jodías. Me sudan las manos.

17:50 Hemos vuelto a la Fuixada. Los competidores esperan sentados al sol o escalando en el túnel. Nos enteramos de cómo ha acabado la clasificatoria masculina y al momento nos toca entrar.

18:20 En la zona de aislamiento veo que salgo otra vez primera. Qué rollo. Además me tocaría salir tercera pero ya es demasiado tarde para que cambien el orden, se excusan.

18:55 Salimos todos los finalistas para la presentación. Aplausos y problemas de sonido. Shirleys y Marco me animan a grito pelado, la gente les mira, serán…

19:00 Me toca, estoy sentada de espaldas al primer bloque mientras me indican que aún quedan dos minutos. Mis padres están ahí, cuánto los quiero, aunque lo haga fatal van a estar encantados conmigo. Te he traído un flan, dice mi madre sonriente desde el otro lado de la valla (un flan…sí, cómo un flan estoy ahora). También saludo a mis titos: Catx y Magda, con su hijo Alex (sí, el chavalín de 12 años que hace 8a). En las gradas no reconozco a nadie, demasiada gente, demasiado lejos. Bueno, a Shirleys y Marco sí, porque son inconfundibles y hacen que se me escape la risa.

19:05 Primer bloque, salida rara, paso cruzado y lanzar a una -mierdecilla- regleta. A la tercera la agarro y subo tres pasos más. No me queda fuerza y viene un paso largo. Caigo. 1 Bonus.

19:10 Segundo bloque, salida de volumen invertido. Veo una presa donde intuyo que deberé usar para empotrar la rodilla y mi pantalón no puede ser más corto. Me da igual, aquí también hemos venido a desollarnos, ¿no? Pues a eso voy. Me rasco con furor el muslamen al empotrar pero no hay manera de moverse más de dos pasos, esto es durísimo.

19:20 Tercer bloque, pasos de trámite y lanzamiento o paso largo que no resuelvo. Lo veo, sé cómo debería hacerlo pero no puedo. Intento un par de métodos y lo dejo.

19:25 Nos están machacando de lo lindo. Veo a Berta un poco preocupada, y, aunque entiendo su malestar como equipadora, a mi me gusta que los bloques sean duros. Ahora estoy muy tranquila y me alegro de haber salido la primera. Miro a las que van escalando detrás de mí, ninguna llega tan alto en el primer bloque y en el segundo no hay fortuna para ninguna tampoco. Apenas me he movido pero estoy muy cansada y aún quedan dos bloques. Bebo un sorbo de agua.

19:30 Cuarto bloque, odioso mantle y contorsionismo engorroso. Qué claustrofobia, qué tensión estar ahí encajonada. Me sudan las manos… y mi magnesio ahí en el suelo. ¡Uf ! Toco el bonus pero resbalo irremediablemente. Me veo patosa en este bloque, creo que aquí debería haberlo hecho mejor.

19:40 Quinto y último bloque. A por todas, estoy convencida de que este es más fácil. Pasito al salir del techo que me sale a la tercera cuando cambio punta por talón: ¡qué diferencia! Si lo hubiese visto antes, qué rabia…Cojo el bonus y sigo. De la última presa al Top hay una eternidad y yo ya no puedo más. Caigo.
19:50 Estoy con mis padres y María comentando la jugada y la dureza de los bloques. Vemos que hay pocos encadenes pero me sorprende gratamente como Tere resuelve el tercero: Ole.

20:30 Insólita clasificación final femenina, me alegro muchísimo por todas ellas. Casi no puedo felicitarlas porque las secuestran para el control antidoping. Me despido de mis padres y me quedo con Iris comentando la final masculina. Me duele la espalda y me zampo el dichoso flan.

20:50 Los Tops de la final masculina suceden sin cesar, ¡qué tíos más fuertes! Ramonet está quedándose con el público con un salto acrobático que repite una y otra vez, qué risa.

21:15 Llega Esteve directo desde Siurana casi al acabar la compe. Es un no parar de amigos entre público y competidores, con los cuales medio quedamos para ir por ahí a cenar pero el anarquismo reina en la sala. No hay manera de coordinarnos, somos demasiados.

22:00 Parece ser que el plan es ir a un chino en carretera de Sants. El hambre apremia.

22:45 No hemos localizado el chino y yo estoy que me muerdo los codos. Esteve me mira preocupado (por su integridad, claro). Cogemos unas pizzas y unas cervezas y nos sentamos a esperar -comiendo- al resto.

23:00 Llaman unos, llaman otros y aquí nadie se aclara. Me fastidia porque me hubiera gustado reencontrarme con la gente pero después de saciar mi apetito lo veo todo desde una alegre perspectiva. Contactamos con Jaume que nos invita a su morada.

23:30 Alegre sobremesa. Me iría a dormir pero cada vez que Jaume habla de un tema mi curiosidad despeja el sueño.

01:30 Sé que Esteve se quedaría en la cama de Jaume (con o sin Jaume, esa es mi duda), pero no consiento tal sublevación así que llega la hora de decir adiós e ir a por mi coche.

02:00 Intento recapitular y no pasar de 110 km/h. Pero la verdad es que ni paso de 100, ni pienso en nada concreto. Estoy demasiado cansada.

02:30 Ducha, lanzamiento a la almohada y caída en plancha a la cama, qué bloque más fácil.


Vídeo un pelín surrealista de mi tía Lupita.