lunes, 27 de junio de 2011

El sueño de una tarde de verano

- Todos lo sabemos, a veces lo pensamos pero nunca lo tendremos suficientemente en cuenta -

En primer lugar y antes de continuar, queridos lectores, lamento informaros que este post no lo ha escrito Marieta, y no os cuento lo que esto significa porque, aunque me pese, si decidís continuar leyendo ya os daréis cuenta…

El jueves era verbena de San Juan, la noche más corta del año y una de las más aprovechadas para hacer una buena cena, beber un poco de más y, en definitiva, pegarse una buena fiesta. Marieta y yo, fieles a nuestros principios, cenamos en el Monasterio de les Avellanes, aislados de todo lo que puede ser habitual en esta fecha y, como buenos ermitaños y para no desentonar con los vecinos maristas, a las 23:00 ya estábamos felizmente soñando.

Hecho el prólogo, voy a poner luz al segundo título: El viernes fuimos por primera vez al sector Regina de Terradets. Aunque llevábamos tiempo queriendo ir, nunca lo habíamos hecho y la verdad es que valió la pena, ya que la temperatura y la calidad de las vías es impresionante (eso el viernes, antes de la ola de calor). Pero no os lo voy a recomendar porque luego se masifica…

Xevi a "Fil Dental", foto: Catx y cogida del blog de Oriol.

Joer, ya me he vuelto a ir por las ramas. A lo que iba: Miro las reseñas y localizo la vía de calentar un 7b o un 7b+ (no pienso decir 7b/+, antes la muerte) de pura continuidad del que hemos oído hablar bien -y que luego resultaría ser un 8a, me equivoqué de vía-. Chapo los dos primeros seguros y la tercera chapa la veo un poco lejos, empotro rodilla para reposar y mirar bien y salgo agarrando un pincho invertido extremadamente bueno, subo pies aproximadamente 1 m por encima de la segunda chapa, tracciono y, desgraciadamente, parto el invertido. Paso de 0 a 100 en dos milisegundos y estoy justo a tiempo de encogerme como una bola y recoger mis piernas para pasar rozando el suelo con el culo. Pero evidentemente el mérito no es mío, Marieta ha estado impecablemente atenta y ha logrado evitar que picara suelo cuando ninguna de las circunstancias podría haber llevado a pensar que me podía caer (supuesto 7b con buen canto y de conti, asequible para hacerla calentando).

Por eso, todos sabemos que las primeras chapas son las más peligrosas, a veces incluso lo comentamos y nos conjuramos para vigilar y estar aun más atentos, pero a pesar de lo anterior, nunca estaremos suficientemente atentos. Ha sido tan poca la diferencia entre estar tranquilamente escribiendo esto después de unos buenos días de escalada a pensar lo jodido que sería haberse dejado los tobillos -como mínimo- que solo me queda que agradecer a Marieta por estar con la máxima concentración . Pediros que estéis/estemos siempre al máximo de nuestra atención sobre todo hasta la tercera chapa. Nuestro deporte es muy seguro pero los pequeños descuidos se pagan caros.

martes, 14 de junio de 2011

Vilabloc 2011

Vilabloc 2011, todo un éxito.

Momento de presión entre Angie y yo... Igualdad máxima y mucho cachondeo.

El fotógrafo atacaba por la retaguardia.

Gràcies a tots els que ho heu fet possible!

viernes, 10 de junio de 2011

Ejercicio para el veranito

Hay algo más intrigante, me preguntaba el otro día, que el éxito de la perniciosa canción “El Veranito” aullada por Georgie Dann y que El Corte Inglés usa alegremente para anunciar sus viajes y torturarnos al mismo tiempo. Quizás más intrigante que eso no hay nada, cierto, pero sí hay algo más interesante, esa fue mi respuesta al recordar la disertación del pasado fin de semana en Siurana.

¿Quién coñe debe ser el director de marketing de El Corte Inglés? No dejo de preguntármelo...

A ver si vosotros podéis echar algo de luz al asunto, iluminados como sois o estáis algunos. La cosa va de lo siguiente: ¿Qué táctica deberíamos adoptar en el momento de afrontar una vía nueva para maximizar el aprendizaje?

Con Esteve discutíamos las dos opciones, las que aplicamos cada uno habitualmente.
Él: la mayoría de veces que acomete una vía nueva, la intenta a vista y a muerte todo el rato hasta la cadena. Aunque caiga en la segunda chapa, hace un esfuerzo por olvidar -gran virtud humana- y continúa luchando como si tal cosa.
Yo: en muchas ocasiones, cuando emprendo una nueva vía, me paro en la primera dificultad que encuentro y de ahí a la cadena voy parando fijándome bien, cuan lechuza hambrienta, en todas las secuencias.

Es evidente que como resultado Esteve tiene encadenadas bastantes vías a vista y yo, en cambio, tengo muchas vías al segundo intento. En ocasiones, aparte de ver muertos, subir por una vía parándose a matizar ayuda a encadenarla mucho antes que intentarla a vista, caer y volverla a intentar ya que no se tiene demasiado clara. Pero dejando al margen el hecho de encadenar o no, la discusión se centró en lo que es mejor para progresar como escalador. En realidad no hubo disputa ya que los dos coincidimos en que el método de Esteve tiene más buena pinta.

Pues ya veis, tanto misterio pa na.